La Insigne Colegiata de Gandia no ha podido este año colgar la cruz de flores confeccionada por las Hermandades de la Semana Santa pertenecientes a la misma, y que año tras año, al iniciar el mes de mayo, cuelga de la fachada de la Seo gandiense.

En su defecto la Junta Mayor de Hermandades de la Semana Santa, a propuesta de las Hermandades de la Colegiata, y bajo la aceptación de todas las cofradías de la ciudad ducal, han realizado una cruz especial que ha sido confeccionada con fotos de flores pintadas por los niños cofrades, y que durante estos días desde sus casas han pintado y enviado por e-mail a la Junta Mayor.

Según informa la Colegiata, la cruz, en la mañana del domingo 3 de mayo, antigua fiesta de la invención de la Santa Cruz, fue bendecida por el abad de la Colegiata, Ángel Saneugenio, el cual desde la Puerta de Santa María, y siguiendo un protocolo de la Colegiata del siglo XIX, ha bendecido el término municipal de la ciudad ducal, rito también empleado para pedir buenas cosechas o ahuyentar pestes. Por eso sus palabras al final de la celebración han sido para pedir al Señor por el fin de esta pandemia.

"La Hermandad de la Flagelación, la Hermandad de la Oración de Jesús en el Huerto, y la Real Hermandad de la Dolorosa, ante la pandemia que estamos viviendo, no han podido colgar su cruz floral como viene siendo tradición de largos años, pero el abad Saneugenio ha querido agradecer públicamente esta iniciativa, que ha servido también para hacer partícipes a los niños de una fiesta que nos invita a valorar el sacrificio de Cristo en la cruz, y su victoria en la resurrección", ha señalado el sacerdote.

Una fiesta que se remonta al año 313

La fiesta de la Santa Cruz, cuyo origen se remonta a la Invención de la Santa Cruz en el año 313, es conmemorada desde muy antiguo. En España aparece en todos los calendarios y fuentes litúrgicas mozárabes, poniéndola en relación con el relato del hallazgo por Santa Elena, madre del emperador Constantino, de la auténtica Cruz de Cristo. En Gandia consta la institución de un beneficio en la Colegiata bajo la advocación de la Santa Cruz ya en 1381. La constitución en el siglo XIX de una cofradía bajo esta misma advocación de la Santa Cruz, y que pervive en la actualidad, podría estar en relación con el citado beneficio.

En la ciudad de València la fiesta de la Santa Cruz se celebra desde hace siglos y adquirió gran importancia en el siglo XIV cuando los Jurados de la Ciudad decidieron construir cruces de piedra góticas para señalar los límites del término de la ciudad. El ejemplo fue seguido en los siglos siguientes por muchos pueblos y ciudades como Gandia, que erigió su cruz de término entre los años 1425 y 1439, periodo en el que se desarrolló el gobierno del duque Juan de Aragón en la ciudad. El duque hizo labrar en el capitel de la cruz el escudo de armas familiar.

El tercer día de mayo las cruces de término se engalanaban y cubrían con flores para honrar la cruz en el esplendor de la primavera. El mismo día se realizaba la bendición de término. Era un acto muy importante para las poblaciones. La costumbre también llegó a Gandia y el abad bendijo los términos desde la plaza del Apòstols, tal y como afirma una revista de Gandia del 10 de mayo de 1913: "Sábado, día 3. Por la mañana, después de la misa conventual y con asistencia del Ilustrísimo Cabildo, se practicó la conmovedora ceremonia de bendecir los términos rurales. Al acto, que tuvo lugar en la plazoleta que recae a la puerta de los Apóstoles, magníficamente engalanada al efecto, asistió extraordinario número de fieles, cantándose como final el Himno de las fiestas."

Después de la guerra civil solo se celebraba en el barrio del Molí, en concreto el barrio del Molí de Santa María, estaba situado en la vía que conectaba el Grau con Gandia a través del Camí Fondo del Grau y del Camí Fondo de València. Allí se reunía la gente y hacía la ceremonia.

No sería hasta el año 2000 cuando los barrios de Gandia, a través de las Hermandades de la Semana Santa, recuperarán las tradiciones de las cruces de mayo. Y con ella la bendición de los términos de la ciudad ducal.

La Colegiata desde entonces celebra este rito de bendición del término municipal pero desde la puerta de Santa María, para dar mayor visibilidad al acto, cumpliendo con los requisitos litúrgicos establecidos en el siglo XIX.