A decir verdad, Oliva ha figurado no solo en los últimos años, sino en las últimas décadas, como una de las ciudades más discriminadas de España por parte de los ministerios que han tenido las competencias en la ejecución de infraestructuras viarias.
Prueba de ello es ese anacronismo que constituye la travesía de la N-332 por interior del municipio. Anacronismo y fastidio para miles de conductores que soportaban, especialmente en verano, larguísimas colas para cruzar la ciudad. Y también molestias, contaminación y pérdida de calidad de vida, empezando por la salud, para miles de residentes en las viviendas que dan a esa carretera.
Por eso sorprende que, en solo seis meses de gestiones, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (antes Fomento) haya puesto en marcha las obras de una gran rotonda en el acceso norte de la ciudad que facilitará la conexión entre la N-332 y la AP-7, fomentando así el uso de la autopista como circunvalación de la ciudad.
El concejal de Planificación Urbanística, Miguel Monzonís, que el lunes estuvo en el inicio de esas obras, explicó ayer a este periódico que el pasado octubre, a raíz de la gratuidad de la AP-7, que entró en vigor la pasada nochevieja, el ayuntamiento trasladó al ministerio la necesidad de esa obra porque, de lo contrario, se iba a originar un punto con elevado riesgo de accidentes. Desde el 1 de enero, con el incremento del tráfico hacia la AP-7 gratuita, efectivamente se ha disparado el tráfico en un cruce en forma de 'T'. El ministerio vio enseguida el problema y, en diciembre, declaró «de urgencia» la tramitación del proyecto. De no haber sido por la crisis del coronavirus y la paralización de algunos procesos administrativos la rotonda podría estar ya construida, pero aun así la previsión es que en dos meses esté funcionando.
Ministerio y ayuntamiento se han tenido que poner las pilas en esa gran rotonda de 100 metros de diámetro y una superficie afectada que supera los nueve mil metros cuadrados. Así, hace poco menos de un mes el ayuntamiento concluyó la adquisición de los terrenos, con una inversión de 45.000 euros, que inmediatamente se han cedido al ministerio para, con el proyecto ya redactado, ejecutar los trabajos, valorados en cerca de trescientos mil euros.
Coincidencia con el Enlace Sur
El inicio de estas obras prácticamente han coincidido con la otra actuación del Ministerio de Transportes, esta de mucha más envergadura, que se ejecuta al sur del casco urbano y que completará una media luna de circunvalación de esta ciudad. Se trata del Enlace Sur, que hace diez días empezó su andadura después de que el alcalde de la ciudad, David González, desbloqueara la emisión del informe arqueológico. También ayer el concejal Miguel Monzonís cursó visita a las obras para comprobar en primera persona el avance de las mismas.
En este caso, la finalización es a mucho más largo plazo. El proyecto, que conectará la N-332, la carretera de Pego y la AP-7, además de mejorar la conectividad de las áreas industriales del sur de Oliva, está valorado en 23 millones de euros, y la previsión es que finalice a finales de 2022. Solo en ese momento Oliva quedará liberada del tráfico que no tenga como destino la misma ciudad, y el ayuntamiento ya planifica actuaciones urbanísticas para convertir la actual travesía en un espacio más amable.
