La crisis sanitaria del coronavirus está alterando la normalidad social en todos los sentidos. La incertidumbre que rodea el presente y, sobre todo, el futuro de la pandemia, condiciona el funcionamiento de la actividad cotidiana de los pueblos y sus ayuntamientos porque no se vislumbra a corto o medio plazo una salida satisfactoria para todos.

Uno de los sectores de la sociedad más afectados es el de las fiestas patronales de cada localidad que cada año se programan durante los meses de verano. A lo largo y ancho del terrirorio español son ya centenares las celebraciones que se han cancelado, aplazado o están en el aire. En la Comunitat Valenciana también ocurre un tanto de lo mismo y, lógicamente, la comarca de la Safor no se iba a salvar de la imposibilidad de que se realicen eventos y celebraciones multitudinarias, ya que ahora mismo están prohibidos y es previsible que, aunque se levante el estado de alarma, el Ministerio de Sanidad siga desaconsejando reuniones masivas.

Muchas de las fiestas tradicionales que organizan cada año los municipios, ayuntamientos o comisiones festeras, no van a convocarse o, mejor dicho, se han suspendido o van a aplazarse ante la incertidumbre que rodea la crisis. En la Safor ya saben que no van a poder disfrutar de sus fiestas patronales un total de 22 poblaciones que son Ador, Alfauir, Almiserà, Almoines, l'Alqueria de la Comtessa, Barx, Beniarjó, Benifairó de la Valldigna, Beniflà, Benirredrà, Daimús, Llocnou de Sant Jeroni, Miramar, Oliva, Palma de Gandia, Palmera, Rafelcofer, el Real de Gandia, Ròtova, Simat de la Valldigna, Villalonga y Xeresa.

Por otro lado, ahora mismo hay otras 9 localidades que completan el mapa saforense que mantienen la ilusión de celebrar sus fiestas de 2020: Bellreguard, Castellonet de la Conquesta, la Font d'en Carròs, Guardamar de la Safor, Piles, Potries, Villalonga, Gandia y Tavernes de la Valldigna. Entre estos municipios hay casos singulares, como el de Villalonga, que confirma la suspensión de los festejos de agosto pero mantiene en el aire los de octubre; Piles, que las tiene aplazadas de mayo a septiembre y Gandia, en cuyos barrios o distritos como el Grau o Beniopa también se ha optado por decretar la cancelación de las fiestas. En estos municipios también cunde la incertidumbre derivada del Covid-19 pero todavía disponen de algo más de tiempo para tomar una decisión definitiva sobre sus fiestas.