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Las playas fluviales se extienden en la Safor tras décadas de ríos abandonados

Villalonga, Simat, Palma de Gandia o Potries han recuperado espacios sustituyendo flora invasora por autóctona - Un tramo de 750 metros en el Serpis de Villalonga, próximo objetivo de la CHJ

Las playas fluviales se extienden en la Safor tras décadas de ríos abandonados

La Confederación Hidrográfica del Júcar y varios ayuntamientos de la Safor han comenzado a asumir que los cauces de los ríos, además de cumplir su función esencial para drenar aguas, son espacios que durante décadas pudieron disfrutarse por parte de la ciudadanía. Especialmente en verano, donde antes de que se extendiese la moda de las playas eran lugares de recreo y refresco para la población.

Después vino el abandono y la suciedad. La vegetación invasora, especialmente las cañas, comenzaron a cubrir las riberas, hasta dejarlas del todo inaccesibles, y también proliferaron los vertederos donde se tiraban toda clase de residuos.

Es ahora cuando ha comenzado a implantarse la conciencia de recuperar esos espacios. Villalonga lo hizo hace una década en un pequeño tramo del Serpis, junto al Pas de la Guàrdia. Reconocido ha sido el proyecto de la playa fluvial de Potries, también en el cauce del Serpis, donde numerosas personas toman el baño en jornadas calurosas.

En marcha está el proyecto de recuperación de la ribera del Vaca entre los términos municipales de la Valldigna, donde se han instalado lonas térmicas para «matar» las raíces de las cañas, un procedimiento que seguramente se llevará a cabo en breve en algún tramo del río Vernissa, en Palma de Gandia.

La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), el organismo gestor de los cauces fluviales, se opuso durante tiempo a la eliminación de cañas, hasta el punto de llegar a imponer multas a los ayuntamientos o particulares que las retiraban sin autorización.

Un cambio de modelo

Ahora se ha visto un cambio de modelo. No solo se da permiso con más facilidad para limpiar los ríos, como acaba de ocurrir en Palma de Gandia, sino que en algunos casos incluso es la propia CHJ la que se hace cargo de la inversión inicial, siempre que los ayuntamientos se comprometan mantener limpia la zona cuando su actuación haya acabado, como ocurre en la Valldigna.

El último de los proyectos para acercar los ríos a los ciudadanos y ganar los espacios fluviales para la sociedad y a la actividad lúdica y ambiental se llevará a cabo en Villalonga. Técnicos de la CHJ visitaron el pasado fin de semana otro tramo del Serpis para redactar un proyecto de limpieza y restauración del espacio. Según señala el alcalde de la localidad, Domingo García, que estuvo en esa caminata junto al río, la CHJ se encargaría de la obra y el ayuntamiento del posterior mantenimiento.

En principio, el alcalde indica que hay «buena predisposición» para acometer esta actuación, que abarcaría unos 700 metros del río, a ambas orillas, aguas arriba y abajo del azud del Pas de la Guàrdia, muy cerca del casco urbano, porque lo que se pretende es que, como ocurría antes, «el río vuelva a su estado natural y los vecinos lo disfruten», concluye García. Si finalmente sale adelante, los operarios acometerían los trabajos después del verano.

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