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"El turismo rural es el gran olvidado, las ayudas van a las zonas de playa"

El gerente de la Casa Rural Carlos de Xeresa defiende los alojamientos de interior por ser un destino de calidad - Person narra las muchas medidas que han tenido que adoptar para reabrir

"El turismo rural es el gran olvidado, las ayudas van a las zonas de playa"

La Casa Rural de Carlos es un conjunto de cuatro alojamientos ubicado en la localidad saforense de Xeresa con cabida para 12 personas que inició su andadura hace ahora tres años. Desde junio de 2017, cuenta su gerente, Carles Person, «no hemos parado de trabajar», pero como ha ocurrido con la mayoría de empresas del sector el cese de dicha actividad a consecuencia de la pandemia del Covid-19 «nos ha supuesto lo peor. Este alojamiento es nuestra fuente de ingresos, por lo que las pérdidas son importantes».

En el mes de marzo, añade Person, «ya tuvimos que devolver el importe de todas las reservas que teníamos para Fallas, Semana Santa y parte del verano y, como viene siendo habitual, somos los grandes olvidados del sector, pese a ofrecer un servicio exquisito a los clientes que nos posiciona como destino de calidad».

De momento, lamenta el empresario xeresero, «no hay ningún tipo de ayudas para nuestro sector, pero igual llegan más adelante. Los propietarios de casas rurales estamos más que acostumbrados a solventarnos los problemas sin apoyos como las que sí gozan las localidades de afluencia masiva de turismo como las zonas de playa. De momento, solo hemos tenido que afrontar gastos por nosotros mismos para acondicionar las casas a las medidas que obligan las autoridades sanitarias».

Carles Person confiesa que «he tenido que invertir en el negocio para hacer frente a la crisis. De esa inversión y acondicionamiento depende que los clientes quieran venir o no porque es vital que ellos se sientan más o menos seguros».

Explica Person que «abriremos a partir del próximo 29 de junio con el modelo barbecho, es decir, de los cuatro apartamentos que dispone la casa, alquilaremos dos una semana y dos la siguiente, mientras los primeros quedan una semana en cuarentena hasta su limpieza y desinfección antes de la llegada de nuevos huéspedes. Los beneficios se reducen a la mitad, pero ofreceremos más garantías de seguridad a los usuarios», concluye el empresario.

Para cumplir con las recomendaciones de las autoridades sanitarias, el gerente de este negocio resume que ha tenido que retirar alfombras y cortinas, instalar cestos con apertura automática para la ropa sucia, limpieza de menaje con lavavajillas, vaporización con virucidas en paredes y tejidos como sofás, y otras muchas actuaciones dirigidas a la higiene para evitar la propagación del virus.

El objetivo es intentar ofrecer al cliente las máximas garantías sanitarias y de distanciamiento para que pueda disfrutar de una vacaciones tranquilas y, sobre todo, seguras. «Hemos realizado una inversión importante para un sector como el nuestro pero necesario si queremos seguir ofreciendo la mejor calidad como destino turístico», apunta Person.

Además del turismo nacional, La Casa de Carlos recibe, a lo largo de todo el año, a clientes de Alemania, Francia, Suiza, incluso de Rusia, porque buscan otro tipo de alojamiento, un trato más personalizado, poder dormir y descansar con la tranquilidad que ofrece un pueblo pequeño, tener un ambiente acogedor, o huir de las aglomeraciones de gente. «Un portal tan importante en el mundo como Booking nos puntúa con un 9,5 sobre 10, basado en la opinión que posteriormente ofrecen nuestros huéspedes».

«La Safor tiene un potencial infinito»

La comarca de la Safor, según el empresario Carles Person, es una de las zonas privilegiadas de la Comunitat Valenciana, ya que tiene montaña y mar a menos de 10 kms de distancia. «Vivimos en una comarca maravillosa con un potencial infinito, pero las autoridades olvidan nuestro entorno para centrarse solo en el turismo de playa, olvidando que quien puede desestacionalizar la comarca es, sin duda, el turismo de interior», afirma Person. «Somos pocos, insiste el hostelero saforense, «pero los grandes olvidados de las administraciones. A pesar de todo, nos sentimos afortunados porque nuestros clientes nos siguen eligiendo año tras año. Y eso solo significa que lo estamos haciendo muy bien».

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