Una de las de la iglesia de Sant Josep de Gandia, en pleno centro de la ciudad, parece que se volvió loca la noche de este sábado cuando, inesperadamente, empezó a tañer a un ritmo de prácticamente un segundo.

El hecho ocurrió a eso de las 2.30 de la madrugada, el toque, intenso y profundo, se coló en las viviendas durante aproximadamente media hora. Vecinos del barrio avisaron de lo que sucedía a la Policía Local de Gandia, que se personó en el lugar con una patrulla, que, a su vez, advirtió al sacerdote titular del templo. Algunos vecinos pensaron que se trataba de una alarma y de que podrían estar robando en el templo.

En realidad, nada de eso era correcto. El problema de la campana trastornada en plena noche se debía a un fallo en el sistema del reloj del campanario que afectó al equipo informático que ordena el toque de las campanas.

Priscilio Ruiz, titular de la iglesia de Sant Josep, ha señalado a este periódico que nunca en sus muchos años de sacerdocio le había pasado algo así. En plena noche tuvo que llamar al técnico para poder desconectar la campana que no paraba de sonar, algo que hizo subiéndose a la parte más alta del campanario, usando para ello una escalera desde la planta que alberga la mayor parte del equipo sonoro, y, literalmente, desconectar la alimentación eléctrica del motor. Así es como el sonido que sorprendió a los vecinos cesó y todos, incluido el sacerdote, pudieron regresar a la cama.