Es solo una cuestión de acento, y nunca mejor dicho, pero también un paso en la normalización del valenciano. El Ayuntamiento de Rótova, por unanimidad, acaba de aprobar el inicio del procedimiento para oficializar el topónimo como Ròtova, después de haber comprobado que un intento realizado hace varios años no concluyó debidamente.

En aquella ocasión el consistorio se limitó a publicar una resolución en los boletines oficiales mediante el que anunciaba la doble denominación, valenciano y castellano, de Ròtova-Rótova, pero al proceso le faltaron los informes de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, de otras instituciones y organismo y, sobre todo, del decreto final de la Presidencia de la Generalitat que certifica el cambio en la toponimia mayor de la Comunitat Valenciana, como es el nombre de un municipio.

Ahora el Gobierno local de Compromís, dirigido por el alcalde, Jordi Puig, ha cumplimentado el proceso para que Rótova sea Ròtova, solo en valenciano, como ocurre con la mayoría de municipios de las zonas valencianoparlantes. De hecho, en la Safor solo se produce una doble denominación, la de Vilallonga-Villalonga.

El acuerdo de pleno de Ròtova se aprobó por unanimidad, lo que evidencia que en eso no hay ninguna polémica, y ahora solo falta que la Generalitat, tras la petición de los informes requeridos en estos casos, cumplimente el cambio y lo publique oficialmente.