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«Me preocupa infectarme y perder clientes después»

Los peluqueros llevan dos meses con las medidas de protección pero hay miedo al contagio y al estigma social

«Me preocupa infectarme y perder clientes después»

Desde que reabrieron hace un par de meses, los peluqueros están aplicando todas las medidas preventivas y de profilaxis contra el coronavirus. Esto implica usar capas y toallas para cada persona, estas últimas o bien desechables, que son más caras, o lavarlas a 60º tras cada uso. Y mascarilla o pantalla facial. En el caso de los hombres, los pocos servicios de barbería que aceptan los realizan con sumo cuidado.

Hay cierta preocupación por el estigma social que pueda acarrear contagiarse. No tanto por su propia salud, que también, sino por una hipotética estampida de la clientela en caso de que se enteren de que su peluquero tuvo el virus, aunque se recupere después.

Miedos a parte, estos días se están acostumbrando a la nueva manera de trabajar. Han notado que tardan algo más que antes, ya que tras cada servicio deben desinfectar el espacio del cliente y los utensilios. Pero procuran respetar los horarios para que no coincidan demasiados clientes esperando en el salón.

Desde la asociación aseguran que no están repercutiendo los costes de la desinfección y el material al cliente, y por tanto no han subido las tarifas por la covid-19.

«Los clientes están muy sensibilizados y ahora valoran más nuestro trabajo», apunta Soler.

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