Los monumentos de las fallas de Oliva que no pudieron arder el pasado mes de marzo por la suspensión de las fiestas debido al coronavirus ya están a buen recaudo para, si todo va bien,poder ser plantadas en 2021.
Como en su día se acordó con la Federació de Falles d'Oliva, el ayuntamiento ha facilitado una nave en la que se podrán guardar los «ninots» durante estos meses. Y es que, uno de los problemas que presentaban las comisiones olivenses tras la cancelación de las fiestas era precisamente esa falta de espacio en el que mantener confinadas las fallas.
Tampoco era viable la opción de que se quedaran en los talleres de los artistas falleros, ya que estos también necesitan el espacio para seguir trabajando en la elaboración de nuevas piezas para futuros ejercicios.
«Se trata de una gestión complicada, ya que encontrar una nave que pueda albergar todos los monumentos y que cumpla las necesidades de seguridad es una tarea difícil, pero lo hemos conseguido y hemos dado solución a una problemática muy importante» afirmó Yolanda Navarro, concejala de Fiestas del Ayuntamiento de Oliva.
Los traslados de las primeras piezas empezaron la pasada semana y se espera que en los próximos días se lleven a cabo el resto. Así pues, solo faltará esperar que la pandemia remita para que el año que viene se puedan celebrar las fallas con la máxima normalidad posible. De ser así, en todo caso, se tratará de una continuación de las de 2020, ya que la suspensión decretada el 14 de marzo hizo que fueran los principales actos falleros los que se quedaran por celebrar.
En Oliva la actividad fallera no ha parado en las últimas semanas. Especialmente intensa ha sido en los despachos, donde hace unos días se nombraba a Santiago García como nuevo presidente de las Fallas de Oliva. García sustituye al malogrado Vicente Pérez, que falleció de forma repentina a pocas semanas de las fiestas.
