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Menores

La FVMP se fija en el exitoso programa de absentismo escolar de la Mancomunitat

La Federación Valenciana de Municipios y Provincias selecciona el trabajo que el ente comarcal lleva realizando desde hace una década con los menores en riesgo para elaborar un código de buenas prácticas que sirva de modelo a los ayuntamientos

Un mural alusivo a la infancia pintado en el exterior del colegio Joan XXIII del Grau de Gandia. levante-emv

La Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP), la Dirección General de Inclusión Educativa y el Consell Escolar de la Comunitat Valenciana han seleccionado el programa para prevenir el absentismo escolar que desarrolla la Mancomunitat de Municipis de la Safor, por sus buenos resultados, con el fin de que sirva de modelo a otros ayuntamientos valencianos.

Estos organismos reconocen así el trabajo que los Servicios Sociales del ente comarcal están realizando desde que se implantó el programa, hace una década, y que se ha demostrado muy provechoso. Por una parte, los casos derivados se han reducido de 44 menores en el curso 2015-16 a los 26 en el año 2019. La mayoría de estos menores regresó a las aulas tras la intervención y mediación del equipo multidisciplinar de la Mancomunitat. En la mitad de esos casos se trataba de familias de etnia gitana.

Cabe matizar que el pasado curso escolar ha sido atípico por la crisis del coronavirus, con la suspensión de las clases presenciales a partir de marzo, aunque también se ha velado durante el confinamiento porque estos niños y adolescentes se conectaran desde casa como los demás y realizaran las tareas asignadas.

Las cifras de absentismo escolar en la Safor son mayores, ya que estos datos corresponden sólo a los 25 municipios que participan en el programa. Estas localidades son todas las de la comarca, excepto Gandia, Oliva, Tavernes de la Valldigna, Villalonga, Xeresa y Benirredrà. Los de mayor población financian sus propios planes.

La coordinadora de los Servicios Sociales de la Mancomunitat, Mónica Peiró, explica que ya en 1998 el ente comarcal empezó a abordar este problema, aunque en 2010 se decidió dar un paso más e implicar también a los centros educativos y a los cuerpos policiales, especialmente las respectivas Policías Locales. «La coordinación es fundamental, y pensamos que es lo que más han valorado las instituciones que han reconocido nuestra labor», señala.

El absentismo puede partir de la familia en cuestión, que no valora la importancia de la escolarización del menor o está en una situación de precariedad económica, o del propio menor, que se salta las clases por un cúmulo de factores, como pueden ser baja autoestima, falta de adaptación al centro, acoso escolar, adicciones, o por la costumbre de vivir en una familia sin normas ni pautas de organización.

La mayoría de los casos se da en Secundaria, entre los 12 y los 16 años. Cuando se produce en Infantil o Primaria es más fácil de revertir. Hay dos procedimientos para detectar los casos. Uno es con la vigilancia policial, en el supuesto de que durante las patrullas rutinarias a pie de calle observen a un menor o a varios en unas horas en las que deberían estar en clase. El otro es a través de los propios centros educativos, los que mejor controlan la asistencia. «Hay veces que el propio equipo del colegio o instituto no lo puede solucionar, porque detrás hay un cúmulo de problemas como adicciones o problemas familiares, en ese caso nos ocupamos nosotros», apunta Peiró. Se cita entonces a los padres o tutores, en la instalación pública del municipio que mejor convenga, como un centro social o el propio ayuntamiento. Si acuden, que no siempre sucede, se realiza un diagnóstico y se les ofrece ayuda.

Si la familia no atiende a los requerimientos, o no se da por aludida, entonces el caso se pone en conocimiento de la Fiscalía de Menores, que actúa por la vía más coercitiva y judicial. «Son pocos, pero también los hay», continúa Peiró. La técnica incide en la importancia de que los menores tengan una buena integración escolar, «porque es una etapa fundamental que les va a condicionar la vida adulta». Este programa ya fue premiado por la Federación Española de Municipios y Provincias y por el Ministerio de Educación y Cultura en el año 2016.

El de absentismo escolar es uno de los programas de Servicios Sociales y Atención Primaria de la Mancomunitat. El ente atendió a cerca de 200 menores en situación de riesgo en el año 2019. Ha redactado un protocolo de actuación, publicado en el BOP del 11 de febrero, que puede servir de modelo para los ayuntamientos.

Coordinación con los colegios y con la Policía

En España la educación es obligatoria hasta los 16 años. Las alarmas por absentismo saltan cuando se producen cuando el menor, ya sea en los ciclos de Infantil, Primaria o Secundaria, falta a entre 10 y 18 clases al mes sin causa justificada, bien en días alternos, o con mayor frecuencia. Es entonces cuando el centro educativo toma cartas en el asunto. Si el equipo docente se ve incapaz de solucionar el problema, derivan el caso a la Mancomunitat. La implicación de la Policía también es fundamental. La Mancomunitat explicará en breve este modelo a la FVMP y al Consell Escolar de la C. Valenciana.

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