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Sin celebración

El virus vence a la Fira i Festes de Gandia

En los últimos doscientos años la celebración instaurada en 1310 por Jaume I solo se había suspendido por guerras y otras crisis sanitarias - El ayuntamiento repartirá actuaciones culturales por el otoño para animar el comercio y hostelería del centro

El virus vence a la Fira i Festes de Gandia

Definitivamente el Gobierno local de Gandia llegó la pasada semana a la conclusión de que no tiene sentido prolongar más la incertidumbre sobre si este año habrá o no Fira i Festes en honor al Sant Francesc de Borja. Los brotes que se están generando en toda España y la certeza de que la «nueva normalidad» va a seguir obligando al distanciamiento social y a la necesidad de preservar la salud de todos, por encima de cualquier otra circunstancia, han derivado en lo evidente y, así, Gandia no tendrá Fira i Festes en este atípico 2020.

No es ninguna tragedia. Antes cayeron del calendario celebraciones, dentro y fuera de la comarca, arraigadas desde hace siglos, como la Fira de Xàtiva o la Fira de Juliol de València. También otras historia más reciente pero igualmente importante para sus ciudadanos, como los moros y cristianos de Oliva. Por no hablar de las Fallas.

Los concejales de Política Festiva y de Cultura, José Manuel Prieto y Nahuel González, respectivamente, junto al director general de Política Festiva, Joan Muñoz, comparecieron ayer para informar de esa suspensión. De ninguna manera, indicaron, se pueden organizar actos como las bandas del Tio de la Porra, conciertos, teatro de calle o mercados en los que prima esa mediterránea actitud de generar aglomeraciones de personas y de disfrutar de los espectáculos.

Prieto confesó que durante semanas se ha estado pensando en una «fira light», pero añadió que eso habría obligado a dejar perder los «aspectos identitarios» de la secular celebración y que, por lo tanto «así no vale la pena».

Decisión difícil y meditada

La decisión de suspender la Fira viene acompañada de otra propuesta aprobada por el ayuntamiento que consiste en programar, como alternativa, numerosas actividades culturales y festivas en la zona del centro histórico de la ciudad, donde se organiza la Fira, que se repartirán no en una única semana, sino a lo largo de todo el otoño. Teatro, actuaciones de calle, música o espectáculos variados se organizarán, en un calendario que se hará público en su momento, desde septiembre hasta noviembre, abarcando, también, las jornadas festivas y culturales del 9 d'Octubre y de la Setmana Literària de Gandia.

La idea, además de compensar la pérdida de la Fira i Festes, es que esos atractivos culturales, que seguirán estrictamente las normas de seguridad que se establezcan en cada momento, dinamicen el centro, incluyendo a los negocios de hostelería y comercio que, precisamente junto al sector de la cultura, están entre los golpeados por esta crisis sanitaria que, ahora sí, ya se sabe que va a prolongarse hasta que se disponga de una vacuna eficaz.

«Ha sido una decisión difícil y meditada», señalaron ayer los representantes municipales encargados de dar esa «mala» noticia. Y añadieron que la Fira i Festes, con un presupuesto superior a los trescientos mil euros, no tendrá repercusiones económicas en el consistorio porque, cuando surgió la crisis del covid-19, el ayuntamiento blindó todos los contratos para dejarlos sin efecto en el caso de que, como ha ocurrido, no se pudieran celebrar en las condiciones habituales.

De un mercado por Sant Miquel

No por esperada, la suspensión de la Fira i Festes, que solo estaba pendiente del anuncio oficial, supone un hecho histórico con muy pocos precedentes en los dos últimos siglos. Según recuerda Josep Enric Gonga, no hubo Fira durante la guerra civil, si bien se llegaron a organizar, a su manera, homenajes al «camarada» Francesc de Borja durante el mandato republicano. Tampoco salió el Tio de la Porra en episodios de cólera que afectaron a esta ciudad y a muchos municipios de los alrededores, en la segunda mitad del siglo XIX. Ni la hubo durante la Guerra del Francés, en 1812, justamente cuando surgió el personaje del Tio de la Porra.

La Fira, que obviamente ha evolucionado mucho a lo largo de la historia y que en las últimas décadas ha centrado buena parte de su actividad en las actuaciones culturales de calle, en la música y en la llamada a atraer visitantes de otros municipios, surgió en el año 1310 a partir de un privilegio (autorización) del rey Jaume II para que la ciudad estableciera un mercado alrededor de la jornada del 29 de septiembre, festividad de Sant Miquel.

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