El ayuntamiento de Villalonga ha puesto el grito en el cielo, y no es para menos, al comprobar que los límites de la condición humana para dañar la naturaleza no tiene límites, ni siquiera entre quienes disfrutan de la misma en una jornada de fin de semana. El consistorio detectó, fotografió y difundió la existencia de bolsas con residuos, e incluso de una nevera portátil rota, en la zona del Racó del Duc, que constituye uno de los espacios más bellos del desfiladero que el río Serpis dibuja entre esta localidad y la vecina l'Orxa. El espacio, que recientemente se ha cerrado al tráfico para vehículos a motor, es, además de un bello enclave, Paisaje Protegido declarado por la Generalitat. Todo apunta a que un grupo de personas, después de pasar una jornada en la zona, no tuvo ni la decencia de llevarse los restos del cargamento que habían llevado, como bien se observa en las imágenes de la izquierda.