El Gobierno de Gandia todavía no ha sido capaz de poner en práctica la llamada «tarjeta para residentes» de las calles en las que rige la Zona Azul y se tiene que pagar por aparcar en horario y días laborales.
Es la crítica que ayer lanzó el portavoz del Partido Popular gandiense, Víctor Soler, quien quiso reivindicar «la necesidad de poner en funcionamiento, ya mismo», esa tarjeta residente para los vecinos de las calles afectadas por la ampliación de la Zona Azul que realizó el Gobierno de Diana Morant en la pasada legislatura.
La ampliación de las calles en las que se aplicaba la Zona Azul entró en vigor el 1 de marzo de 2018, y en ese momento, recuerda Soler, el Gobierno local informó que se podía solicitar la tarjeta residente para permitir que los afectados pudiesen aparcar en su calle sin tener que pagar, al menos unas horas al día.
«De esa promesa hace, nada más y nada menos, que dos años y cinco meses, un tiempo de mentiras y falsas promesas en la que los vecinos afectados siguen pagando por aparcar debajo de sus viviendas sin que se haya puesto en marcha el servicio de la tarjeta residente, sin que se hayan adaptado los parquímetros y sin que se haya ofrecido ninguna otra opción alternativa», denunció ayer el portavoz del PP.
Para Soler, este incumplimiento se podría solucionar rápidamente mediante la concesión de una tarjeta de «autorizados», como la que disponen muchos funcionarios, que se coloca a la vista en los coches aparcados en zonas restringidas.
«Una cuestión de voluntad»
«Ya sabemos que a la alcaldesa Diana Morant sólo le preocupan las fotos y el autobombo, así que, ¿para cuándo una foto entregando la tarjeta de residente de la zona azul?», se preguntó el portavoz del PP, formación política que, desde el primer minuto, solicitó que el ayuntamiento estableciera esa medida para facilitar el aparcamiento a los vecinos.
En su opinión, transcurridos más de dos años desde que funciona el nuevo sistema de la Zona Azul por distintas áreas de Gandia, el hecho de que no se haya puesto solución a una demanda de los vecinos es «más cuestión de voluntad que de infraestructura». «Vamos camino de los tres años desde que se prometió sin que se haya hecho absolutamente nada al respecto más que engañar y mentir a los ciudadanos usuarios y residentes de la zona azul de Gandia», concluye Soler.
