El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana quiere deshacerse de la gestión de la N-332 en los cuatro municipios de la Safor que resultaron especialmente beneficiados cuando, el pasado 1 de enero, la autopista AP-7 pasó a ser gratuita y gran parte del tráfico se desvió por ese lugar. Y esos cuatro ayuntamientos, que son Oliva, l'Alqueria de la Comtessa, Palmera y Bellreguard, están encantados de esa decisión porque, entre otras muchas razones, les abre una oportunidad urbanística de primera nivel. El de usar la «antigua» carretera para reconvertir un elemento tan duro en un espacio agradable.
El ministerio que dirige el valenciano José Luis Ábalos ha remitido una carta a los cuatro alcaldes comunicándoles esta decisión, que, de llevarse a efecto, pasará la titularidad de la N-332 a los municipios en el tramo comprendido entre la rotonda norte de Bellreguard (donde arranca el nuevo acceso al puerto de Gandia), y el futuro Enlace Sur de Oliva, casi donde se cruza con la rambla de la Gallinera.
Para hacer posible un traspaso que previsiblemente no se formalizará hasta dentro de año y medio o dos años, los responsables de Carreteras del Estado en la Comunitat Valenciana han solicitado a los alcaldes que designen a un interlocutor para abrir la negociación que desembocará en las condiciones de la transferencia. En todos los casos, además de otras personas, entre los interlocutores estarán los alcaldes.
Con toda seguridad, Oliva, l'Alqueria, Palmera y Bellreguard pedirán compensaciones al Ministerio de Transportes en forma de mejoras, entre ellas rotondas que mejoren la conectividad en algunas zonas urbanas o la rebaja de la gruesa capa de asfalto que existe en algunos tramos. Pero todos los alcaldes saben, porque así lo ha trasladado el ministerio en otras localidades, que no habrá retribución económica y que, como mucho, Transportes adecuará las travesías de la N-332 en esta zona para que reúnan las condiciones de ser aceptadas por los ayuntamientos.
Una estrategia conjunta
Cada municipio tiene su singularidad, pero los cuatro alcaldes, David González en Oliva, Voro Femenia en l'Alqueria de la Comtessa, Álvaro Català en Palmera y Àlex Ruiz en Bellreguard, ya preparan estudios para determinar cómo remodelar la «serpiente» de asfalto que durante décadas ha partido en dos los núcleos urbanos. La idea de un corredor-bulevar, con vegetación y franjas para uso peatonal y ciclista, está en la mesa de algunos ayuntamientos.
Por razones obvias, Oliva marcará su propia negociación para la transferencia de la carretera, pero el alcalde de Palmera señala a este periódico que lo lógico sería una reunión conjunta para el tramo de este municipio, l'Alqueria (que ya ha aprobado aceptar la cesión) y Bellreguard, de manera que cualquier reivindicación al Ministerio de Transportes pueda tener más fuerza.
