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Servicios públicos

"Es un vandalismo incomprensible"

De las casi 300 bicicletas con las que Gandia activó en mayo Safobici, 180 han sido destruidas y otras 60 han desaparecido ? El concejal Nacho Arnau dice que «es una vergüenza que una minoría prive a la mayoría de un servicio que funcionaba bien»

"Es un vandalismo incomprensible"

Entrar en la nave del polígono de Benieto de Gandia es sumergirse en el mar del vandalismo que se produce en esta ciudad. Cerca de doscientas bicicletas sin el sillín, porque ha sido robado, o con las luces que han sido premeditadamente rotas, sin una o dos ruedas, que han desaparecido, o sin el enganche a la base de Saforbici, el sistema público de alquiler del Ayuntamiento de Gandia que ha dejado de cumplir su función por esa actitud de querer destrozar por destrozar que casi nadie comprende.

«Es una vergüenza, un vandalismo incomprensible», señala, sin ocultar su desolación, el concejal de Movilidad de Gandia, Nacho Arnau, cuando resume lo que allí se puede ver y la frustración por tantos esfuerzos realizados por su departamento para que los vecinos de Gandia, y de otras localidades, pudieran seguir disfrutando de este servicio de movilidad sostenible.

Los datos facilitados por la empresa Impursa, que gestiona Saforbici, llevan a pensar que en ningún otro lugar como en Gandia se está padeciendo una situación así. En febrero, después de muchos problemas, se activó Saforbici que, obviamente, quedó suspendida con el decreto del estado de alarma. El 9 de mayo volvió a abrirse con la incorporación paulatina de casi trescientas bicicletas. En solo 20 días ya se habían registrado cuatro mil usos, que eran 6.200 a principios de julio pasado, fruto de un cierto entusiasmo con el que los ciudadanos habían celebrado el retorno.

Entonces, como un virus, entró el vandalismo que arroja datos realmente increíbles. De las cerca de trescientas bicicletas 180 están rotas e inutilizadas y otras 60 han desaparecido. En la calle quedan entre 20 y 30 bicicletas, un número que hace imposible el normal funcionamiento del sistema.

En algunos casos se han encontrado en los edificios de usuarios o, como se ha podido comprobar, tiradas en cualquier descampado. La Policía ha tenido acceso a vídeos en los que se aprecia hasta qué punto grupos de jóvenes rompen y patean las bases y los vehículos. Como informó este periódico la pasada semana, varios menores de edad y han sido detenidos por este vandalismo desatado.

«Es una vergüenza que una minoría prive a una mayoría de un servicio que funcionaba bien», añade el concejal Arnau mientras ojea la decena de denuncias que Impursa ha presentado en la comisaría de la Policía Nacional para que se intente identificar a los autores de tanto destrozo y detener tanto vandalismo.

Replantear las condiciones de uso

La situación es de tal gravedad que la empresa que suministra los chips para el anclaje de las bicis a las bases repartidas por toda la ciudad y la playa no podrá entregar los que se han roto hasta el mes de septiembre. En el Ayuntamiento de Gandia la sorpresa es tal que hay quien se pregunta si toda esta calamidad responde a un plan premeditado y organizado. Así lo parecía, al menos, cuando el pasado julio se destrozaron, en un mismo fin de semana, casi todas las bases de la playa, dejándolas del todo inoperativas.

Tanto la empresa que gestiona Saforbici como el Ayuntamiento de Gandia intentan que, aun con muy pocas bicis, el sistema siga funcionando, pero responsables de ambos lados han llegado a la clara conclusión de que va a ser necesario replantear las condiciones de este servicio público. En primer lugar, seguramente desaparecerá el abono de un euro al mes que se había puesto precisamente para que todos pudieran disfrutar de las bicis públicas. Un precio tan bajo puede llevar a no apreciar el valor de lo que se está usando. La edad mínima para acceder al abono, más medidas de seguridad y la petición a los ciudadanos para que denuncien cuando vean actos vandálicos son otras de las acciones que están sobre la mesa. Todo para que Saforbici no acabe desapareciendo por esa avalancha de incivismo.

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