El domingo de la semana pasada dos granjeros de Barx sorprendieron a un grupo de ladrones de cobre que estaban «trabajando» en una de las naves. Su labor consistía en cortar los tubos de cobre que conducen el gas natural hasta las instalaciones donde se encuentran los pollos para vender ese material en el mercado negro. De milagro no consiguieron retener a uno de los asaltantes, que pudieron huir a toda prisa por los caminos rurales de esta localidad que, por sus dimensiones, carece de vigilancia nocturna.

Es solo un ejemplo de una situación de inseguridad que está afectando a los granjeros de Barx, donde existen alrededor de 20 explotaciones de engorde de pollos. Esa situación, que ya indigna a los afectados, ha generado cuantiosas pérdidas a los propietarios. Tanto es así que, según confiesa uno de ellos, algunas noches han organizado batidas de vigilancia para evitar la acción de los ladrones.

Juansa Romero, uno de los granjeros, señaló ayer a este periódico que en solo una semana se han contabilizado tres asaltos a otras tantas explotaciones, y añade que sospechan que se trata de un grupo de personas que se ha especializado en las acciones rápidas para llevarse el cobre de las cañerías de gas.

«Ellos se llevan material que apenas pueden vender por 300 euros, pero a nosotros la reparación de los destrozos que provocan nos cuesta cuatro mil, y a eso se tiene que sumar el gas que se pierde en la fuga», indica Romero. En total, alguno de los asaltos le ha costado al granjero alrededor de quince mil euros.

Los delincuentes, aprovechando que las granjas se sitúan en lugares apartados del término, también roban instalaciones y cableado eléctrico, lo que evidencia un resurgimiento del mercado negro del cobre.

Estos asaltos también se han producido en otras explotaciones granjeras de localidades cercanas, como Quatretonda, Carcaixent o la Barraca d'Aigües Vives, donde también se echa en falta que haya más vigilancia pública en las inmediaciones y accesos a las naves donde se engordan los pollos.

«Nos han hecho mucho más daño del que podemos soportar», indica Juansa Romero, que ha protagonizado, junto a un personaje llamado el Palleter, un video con el que pretenden denunciar los hechos y llamar la atención de las autoridades para que asuman su responsabilidad. Esa filmación, realizada justamente en una de las granjas asaltadas, está corriendo como la pólvora entre los granjeros y agricultores de esta zona. «Esto es una vergüenza y pedimos a las administraciones autonómica y central que se pongan la pilas, que haya vigilancia nocturna y que acaben con esta situación de robos e inseguridad», indican en el video.