En Simat de la Valldigna alguien ha convertido el vandalismo en un especie de deporte. Quién sabe si por diversión, por vocación o simplemente por llamar la atención de las instituciones y generar indignación en la mayoría de los ciudadanos, aspectos que, efectivamente, se están consiguiendo. Después de haber roto paneles informativos, de haber destrozado infraestructura y elementos recreativos y para el descanso en el Calvari, de pintarrajar elementos del paraje de la Font del Cirer, donde se encuentra una valiosa microrreserva de flora y ser un punto muy visitado, los vándalos han demostrado que tampoco respetan el patrimonio histórico protegido. Ni siquiera cuando es tan valioso como la antigua mezquita de la Xara, hoy ermita de Santa Anna, que está incluida en el conjunto monumental del Monasterio de Santa María de Valldigna, declarado Bien de Interés Cultural. El ayuntamiento simatero informó ayer, con pesar, que los actos vandálicos hacia elementos patrimoniales de la localidad «se ha incrementado en los últimos días».
En concreto, señala que alguien ha arrancado luminarias decorativas situadas en el trayecto turístico que va desde el monasterio hasta la antigua mezquita. Poco ha importado, como señala el Gobierno local simatero, que la mejora y acondicionamiento de ese itinerario entre naranjos y restos históricos de enorme valor haya sido uno de los objetivos del ayuntamiento para facilitar el acceso y aprovechar el edificio de la ermita para actividades turísticas, culturales y didácticas dirigidas no solo a los visitantes, sino también a los propios vecinos. «Esta es una de las rutas más interesantes de Simat», señala el ayuntamiento, que revela que el proyecto que ha permitido colocar las luminarias ha tenido un coste de 75.000 euros, se inició en 2017 y tiene previsto concluir en las próximas semanas con la realización de catas arqueológicas junto al camino. El concejal de Turismo, Joan Vicent Bañuls, se ha referido a esta ola de vandalismo indicando que el ayuntamiento reparará los desperfectos para mantener las actividades en la ermita, pero denuncia «el incivismo de algunos» que ha hecho que Simat haya sufrido en pocos días estas acciones poco menos que inexplicables. «Potenciaremos la vigilancia y castigaremos a quienes actúan contra nuestro municipio y nuestro patrimonio», concluye Bañuls.
