Ser oposición en el Ajuntament de Gandia no está resultando demasiado sencillo. Hay muchas piedras en el camino, y algunas de ellas aparecen sin que te lo esperes.

Desde Cs Gandia venimos denunciando, desde hace ya más de un año, que la transparencia que se le presupone a un gobierno progresista es pura palabrería que se utiliza cuando a más de uno le interesa.

Somos un grupo municipal pequeño. No hace falta ser el más listo para saber que, por tanto, no contamos con un número amplio de personal que nos ayude a preparar intervenciones en los plenos, las comisiones y demás reuniones de carácter administrativo en los que nuestro voto también cuenta. Y es que, es verdad, aunque nos llamen «malpensats», eso lo saben y algunos lo utilizan.

De un tiempo hasta aquí hemos vivido diversas artimañas políticas que, aunque parezcan «errores puntuales», todos juntos suponen una estrategia hacia el aumento del voto y el desgaste de nuestro partido. O así lo vemos nosotros, y no será por contar el Gobierno con un reducido equipo de trabajo. No, no es el caso.

Falta de información cuando la solicitamos, entrada de nueva documentación en una comisión, sin aviso previo, cuando nada se sabía de ello o no se encontraba en el orden del día, convocatoria de un pleno del estado de la ciudad a menos de una semana. Y cuando se pensaba que el límite estaba en lo administrativo, la parte social también entra en juego. Esconder o programar actos de hoy para ayer, dificultando nuestro trabajo y, ya puestos a decir, el de la decena de profesionales de la comunicación que los cubren, ya que parece que las redes del control informativo y la opacidad no solo es con los grupos municipales, sino también con aquellos que deben ser transmisores de la información a los ciudadanos, los medios.

He empezado diciendo que en la ciudad hacer política es sortear piedras en el camino. Ser oposición es, para el gobierno y sus intentos de dejarnos a la sombra, que seamos los que llenamos el plenario, y porque es necesario.

Desde Cs no estamos dispuestos a ser meros espectadores. Sabemos que el camino será rocoso y en un año y medio más que pantanoso, pero a nosotros no hay piedra ni montaña que nos frene en la defensa de los intereses de Gandia.