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Tres años para salir de la Mancomunitat de la Valldigna

Tavernes aprobará en el pleno del lunes el último trámite para desvincularse definitivamente de la entidad. Benifairó, Simat y Barx ya lo han hecho

El Ayuntamiento de Tavernes, que el lunes formalizará su salida de la Mancomunitat.

Tavernes de la Valldigna sigue siendo, oficialmente, miembro de la Mancomunitat de la Valldigna. Aunque de facto el municipio hace ya tres años, desde junio del 2017, que se desvinculó de la entidad y solo operan en ella Benifairó, Simat y Barx, el largo proceso administrativo para oficializar la salida ha provocado que sea a finales de este 2020 cuando el anunciado y polémico adiós se produzca de forma definitiva.

El pleno municipal de Tavernes aprobará en el pleno del próximo lunes la modificación de los estatutos de la Mancomunitat de Muncipis de la Valldigna para plasmar la salida irreversible del municipio de la entidad. Este trámite ya será el último después de que antes hayan hecho lo mismo los ayuntamientos de Benifairó, Simat y Barx, que también pasaron este asunto por sus respectivas sesiones plenarias.

Tavernes pone punto y final a su andadura en el seno de la Mancomunitat de la Valldigna después de haber liquidado alrededor de 50.000 euros que tenía pendientes. Aunque se desvincula, el municipio no pierde los derechos sobre los bienes que se adquirieron durante el tiempo en que ha formado parte de la misma. El más importante es una parcela ubicada en el polígono de Benifairó de la Valldigna que se adquirió en su día para la construcción de la sede del organismo, un proyecto que nunca se ejecutó. Tavernes es propietario del 70% de este terreno, cuyo reparto se hizo en función del peso que cada consistorio tenía en la mancomunidad que agrupa a los municipios de la Valldigna.

Fue en junio del año 2017 cuando el pleno de la Mancomunitat de la Valldigna dio cuenta de la solicitud de Tavernes de dejar la entidad. Según los estatutos, el municipio no podía hoy formar parte del mismo y al día siguiente ya estar fuera, sino que debía comunicarlo con un año de antelación. Ese periodo se ha alargado más de lo esperado y han tenido que pasar tres hasta que por fin se ha completado todo el proceso.

El alcalde de Tavernes, Sergi González, explicaba ayer que el proceso se ha alargado, en parte, porque la nueva ley de mancomunidades obliga a que tanto la Diputación de Valencia como la Dirección General de la Administración Local emitan sendos informes para dar el visto bueno a la salida. Una vez estos lleguen a los ayuntamientos ya se puede formalizar la salida.

El actual presidente de la Mancomunitat de la Valldigna, Josep Antoni Alberola, aclaraba, por su parte, que «el proceso no es especialmente farragoso pero ni hemos dado prisa a Tavernes para que saliera ni nosotros, los otros ayuntamientos, la hemos tenido a la hora de cumplimentar los trámites».

Como municipio más grande de la Valldigna, la salida de Tavernes supuso un golpe importante para la Mancomunitat de la Valldigna, que perdía su principal sustento económico. El resto de alcaldes, en su momento, se plantearon todas las opciones pero finalmente decidieron seguir adelante y dotar al ente de contenido. El trabajo ya ha tenido sus frutos con la creación de una brigada forestal, archivero, experto audiovisual o podólogo que da servicio a los tres pueblos. La Generalitat le ha cedido, además, la gestión cultural del monasterio de Simat.

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