El Ayuntamiento de Gandia invertirá desde ahora hasta el año 2023 casi tres millones de euros, aunque la cifra podría llegar a los cuatro, en un proyecto de turismo sostenible que tiene como objetivo romper ese concepto, mental pero también de barrera física, que existe entre su principal atractivo turístico, la playa y su producto de sol y playa, y el resto de elementos que son dignos de visitar y de disfrutar. Entre ellos figuran los edificios patrimoniales e históricos, así como los muchos espacios naturales que rodean la ciudad.
La financiación, como informó este periódico el pasado jueves, responde a un plan del Gobierno de España, pero implica a la Generalitat y al propio ayuntamiento, que pondrán un millón cada uno. Gandia ha sido una de las 25 ciudades seleccionadas, de un total de 144, y además es la cuarta con la mayor inversión.
La alcaldesa de la ciudad y el concejal de Turismo y Playas, Diana Morant y Vicent Mascarell, adelantaron ayer algunas de las obras que se acometerán con ese dinero. Como también adelantó Levante-EMV, una de ellas es la adecuación de los espacios alrededor de la iglesia de Sant Nicolau, en el Grau, y el acceso al distrito marítimo, desde la rotonda de Daimús hasta la misma playa. El proyecto, que ahora pasa a fase de redacción, potenciará los carriles bici y peatonales, además de generar espacios abiertos y ajardinados que, en opinión del Gobierno local, revitalizarán el comercio y la hostelería.
En segundo lugar, se anuncia una considerable mejora de la «conexión sostenible» entre la playa, los «ullals» del marjal y el Castell de Bairén a través de senderos o itinerarios ambientales. Esa ruta constituirá «un itinerario cultural y ambiental sobre entornos de gran valor que actualmente se encuentran desconectados». También se acometerá la creación de senderos por la playa de l’Auir, que está libre de hormigón.
La tercera línea de inversión se centra en la tecnología para la mejora del conocimiento del destino turístico, aspecto en el que Gandia ya está centrada desde hace años. De hecho, como ayer recordó el concejal Mascarell, este verano todos los usuarios han disfrutado de wifi gratis en la arena de la playa, una de las primeras ciudades en disponer de ese servicio, y, al tiempo, los datos generados permiten al ayuntamiento «conocer» qué buscan sus visitantes y, así, ofrecerles un producto que fidelice el destino, que es una forma de desestacionalizar.
«La crisis sanitaria se ha cebado especialmente en el sector turístico y por esta razón, sabíamos que nos teníamos que presentar. Trabajamos en plena pandemia y durante el mes de agosto para elaborar la propuesta», dijo la alcaldesa Morant, que una y otra vez agradeció la gestión y el trabajo de los técnicos municipales en la elaboración del programa que se remitió al ministerio de Turismo.
Para Morant, esta elección ministerial «representa un premio al trabajo conjunto del gobierno y el sector en el ámbito del turismo sostenible y de calidad, con proyectos como el SICTED, la red Innpulso, el Plan Estratégico de Destino Turístico Inteligente, la Cátedras de Innovación y de Turismo Inteligente, la bandera Safe Turism, el Auir libre de humo o ser miembro de la Red de Destinos Turísticos Inteligentes de la Comunitat Valenciana, al tiempo que reconoce a Gandia como un referente y ejemplo en gestión turística sostenible en el ámbito estatal».
El objetivo fundamental es claro. Reforzar a Gandia como marca y destino turístico en un mundo cada vez más global y con mucha competencia. Situar su oferta, asentada desde hace décadas en la imagen de la playa, en el concepto de la sostenibilidad y de la transmisión de sensaciones a partir de elementos patrimoniales y naturales de indudable valor. «Este proyecto permitirá la recuperación del sector turístico frente a la crisis del coronavirus, reforzará la competitividad de Gandia como destino turístico y generará puestos de trabajo», concluyó ayer la alcaldesa.
