Sergi García Sanjuan, «Brisca», (Oliva, 12-11-1991) afronta su tercera final consecutiva de la Copa Diputació de València-Caixa Popular de Raspall, después de ganar la edición de 2018 junto a Mario y perder la de 2019 con Vercher.
El «mitger» olivense se jugará el título de 2020 formando pareja con Ian de Senyera y enfrente tendrán como rivales a Marrahí de Castelló de la Ribera y Lorja de Alzira. La gran final se disputa este sábado, 31 de octubre, en el Trinquet de Oliva.
«Brisca» ya considera «todo un éxito» volver a ser finalista de esta competición, teniendo en cuenta que se lesionó en la final de la Copa del año pasado, ha permanecido ocho meses de baja sin jugar y «aquí estoy de nuevo».
El deportista saforense valora «como mejor imposible» la fase regular de la Copa, en la que «Ian y yo solo hemos cosechado una derrota y fue en la última jornada cuando ya estábamos clasificados para semifinales. Creo que hemos actuado muy compenetrados y hemos ido de menos a más a nivel de equipo».
«Brisca» y su compañero Ian ya se enfrentaron y ganaron dos veces a los que van a ser sus adversarios en la final, pero «esas partidas y sus resultados no pueden servir de referencia porque una final tiene otros condicionantes».
A Marrahí, apunta el pilotari de Oliva, «no hay que descubrirlo. Tiene carácter, mucha potencia y una pilotà muy larga», mientras que de Lorja piensa que «está en su mejor momento». Para ganar, añade «Brisca», «tenemos que salir a tope e imprimir nuestro ritmo para que ellos no se sientan cómodos sobre la cancha».
«Brisca» asume el favoritismo previo a la final «sobre todo en las apuestas después de haberles ganado las dos partidas de la fase previa», pero «no tanto a nivel deportivo porque las finales son siempre partidas diferentes».
Al preguntarle sobre el Trinquet de Oliva, escenario de la final, el jugador local comenta que «es grande, noble y me siento mejor desde el resto. A mi me gusta», mientras que al citarle la posibilidad de que la partida se juegue a puerta cerrada por culpa de la pandemia, «Brisca» responde que «con gente en el trinquet todo es más emotivo, más especial, pero hay que abstraerse de esa situación y concentrarse en la partida».