Los ciudadanos y las comunidades de propietarios de fincas de Gandia están avalando, con su actitud y su dinero, la política que impulsan, conjuntamente, la Generalitat y el Ayuntamiento de esta ciudad dirigida a la rehabilitación de viviendas y de zonas degradadas. Con ese concepto se pretende rejuvenecer espacios públicos y modernizar los inmuebles más antiguos, al tiempo que se paraliza el ensanchamiento de la ciudad con nuevas áreas urbanizadas.
Esa política de rehabilitación surgió especialmente a partir de la crisis económica que se dejó sentir desde el año 2009, cuando muchas urbanizaciones quedaron a medio hacer, pero se ha impulsado en los últimos años, en parte gracias a las ayudas que ofrece la Generalitat para dotar de accesibilidad y aislamiento adecuado a los inmuebles.
Así, y según datos obtenidos por este periódico, desde 2017 a la actualidad se han ejecutado obras de rehabilitación en unas 3.500 viviendas de Gandia. Además, la cifra ha ido creciendo. En 2017 fueron 790 las declaraciones responsables de obras que registró el departamento municipal de Urbanismo. En 2018 se pasó a 803, mientras que el pasado 2019 se llegó a las 944. En este 2020, pese a la crisis del coronavirus y el parón económico, y con datos referidos hasta finales del pasado mes de agosto, las peticiones de licencia de obra ascendieron a 660, lo que induce a pensar que, aun en esta situación tan excepcional, se podría incluso superar el número de rehabilitaciones del año anterior.
En este global figuran todo tipo de actuaciones, que van desde la reforma de fachadas, con muchos edificios que han renovado su aspecto en los últimos años, hasta las obras menores dentro de cada vivienda particular que pueden tener ayudas a través de los programas desarrollados e impulsados por la Conselleria de Vivienda y Arquitectura Bioclimática.
Más potencia con una oficina
Precisamente hace unos días el conseller Rubén Martínez Dalmau y la alcaldesa de Gandia, Diana Morant, firmaron el convenio para seguir impulsando estas obras, tanto en Gandia como en el resto de municipios, mediante la apertura de una oficina única, que ha recibido el nombre de Xaloc, en la que los interesados pueden obtener toda la información, documentación y gestión de las ayudas.
Esta «renovación hacia adentro» que experimenta Gandia también tiene un efecto colateral positivo para el ayuntamiento, que sigue incrementando año tras año la recaudación por los impuestos derivados de la ejecución de obras. Y, mucho más importante, la generación de puestos de trabajo en un sector como el de la construcción, duramente castigado desde aquella crisis, llamada también «del ladrillo», que paralizó casi toda la actividad.
Temor por si la crisis acaba reduciendo las actuaciones previstas en los próximos años
El importante y alentador rimo de rehabilitación de viviendas que se está produciendo en Gandia, y también en otras muchas localidades, puede sufrir un tropezón a partir de este 2020 debido a la crisis económica y social derivada de la pandemia del coronavirus. Muchas familias han sufrido una reducción de ingresos debido al parón de las empresas en las que trabajaban, y eso obliga a suspender planes y proyectos que no sean imprescindibles o vitales. Las obras de reforma de vivienda estarían entre los afectados, como también se incluirían los de edificios porque requieren la aprobación de las comunidades de propietarios. Expertos consultados por este periódico indican que los efectos de esta situación, traducida en una menor cantidad de obras de reforma en inmuebles, se produciría a partir del verano.
