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Una casa en el centro de la historia

El ensanche del Paseo y del Prado propició la construcción de ese edificio

La actual plaza del Prado, con el «ciprés de Rausell» cuyo tronco todavía se conserva en ese lugar, en una de las imágenes de la exposición. | ARCHIVO BORJA-MONRABAL

Las historias de una ciudad se pueden contar desde muchas perspectivas. La población, su expansión territorial, la ejecución de infraestructuras o de su evolución económica. Pero el Ayuntamiento de Gandia ha querido poner ante los ojos de la ciudadanía la singular iniciativa de contar el pasado del último siglo y medio a partir de una casa. En concreto, de la Casa de la Marquesa, hoy convertida en el primer centro cultural de la ciudad, que surgió, precisamente, con la gran expansión urbanística que la capital de la Safor experimentó a finales del siglo XIX, en el momento en que se derribaron las murallas que la estrangulaban.

El motivo ha sido los 20 años de funcionamiento de la Casa de la Marquesa como centro cultural, una efeméride aprovechada por el departamento de Cultura para montar una gran exposición, muy didáctica y profusamente alimentada con cerca de doscientas fotografías que abarcan todos los campos de la sociedad y que sirve de hilo conductor desde los tiempos en que se construyó ese edificio.

La muestra, abierta ayer, comienza con aquel ensanche de la ciudad, muy parecido a lo que hoy se definiría como un «pelotazo urbanístico», que cometieron las familias Vallier-Trénor y Rausell, representantes locales, respectivamente, de los partidos de la derecha y la izquierda política. Así, y atendiendo a que ambos apellidos tenían terrenos al sur de la ciudad, optaron por impulsar la apertura urbana hacia ese lugar, el actual paseo de les Germanies y la plaza del Prado, en vez de hacia el norte y el este, como, según apuntan los técnicos, habría sido más lógico.

En ese espacio la familia Vallier-Trénor construyó el inmueble sobre el que gira la exposición, llamado Casa del Marqués de González de Quirós, un palacete que popularmente los gandienses abrevian como Casa de la Marquesa. Ese edificio, que casi llegó al estado de ruina, pasó a manos de la Fundación Bancaja, y, en los años 90, cuando era alcaldesa Pepa Frau, se fraguó un acuerdo entre esa entidad y el ayuntamiento que permitió convertirla en lo que hoy es, no sin antes invertir 2,4 millones de euros en su reforma y adecuación.

Comisionada por Lluís Romero y con la colaboración de decenas de entidades y personas, la exposición, titulada «20 Años de Puertas Abiertas», anima a un recorrido gráfico y didáctico sobre la Gandia que va desde aquel ensanche urbanístico, que arrancó en 1877, hasta el momento actual.

El derribo de las murallas, la expansión de Gandia, la construcción de infraestructuras, algunas de ellas todavía funcionales, como el Pont Nou o el puerto, 150 años de política que incluyen repúblicas, guerras, dictaduras y democracias, pueden vislumbrarse en el recorrido de esta exposición que merece dedicarle un poco de tiempo.

Visitas de seis como máximo

A la inauguración, en la mañana de ayer, acudieron numerosos representantes institucionales, entre ellos la exalcaldesa Pepa Frau, que recordó los años de las negociaciones con Bancaja y las marquesas de Gandia para conseguir la cesión y el uso público cultural de este edificio. También estuvo el presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, quien destacó la firme voluntad de esa institución para mantener los convenios que han permitido, durante 20 años, que cerca de un millón y medio de personas hayan pasado por las actividades culturales y sociales, de todo tipo, desarrolladas en una casa y un jardín que permite, con solo un poco de imaginación, recorrer la historia de los casi dos últimos siglos de la ciudad y sumergirse en la vida de muchísimos personajes conocidos, vivos y ya fallecidos.

La actual alcaldesa y el concejal de Cultura, Diana Morant y Nahuel González, acompañaron a Frau y a Alcón en el primer recorrido por esta singular retrospectiva que permanecerá abierta hasta el 10 de enero y que, debido a la crisis sanitaria del covid-19, solo se podrá visitar en grupos de seis como máximo y guardando todas las medidas de seguridad de sobra conocidas.

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