Héctor Cabrera Llácer está en buenas manos. El Comité Paralímpico Español (CPE) no quiere que al atleta de Oliva del Club de Córrer El Garbí, que es una de sus claras opciones de medalla en los Juegos de Tokio, le falte de nada y por ello le mantiene concentrado en Madrid con el fin de que se recupere de la lesión y operación de rodilla. Cabrera acude a diario a la Clínica Sanitas donde es tratado por los especialistas del CPE.

El habitual optimismo de Cabrera, apagado después de la gravísima lesión -rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha- vuelve a dibujarse en su mirada y también en el tono de voz. «La verdad es que me encuentro fenomenal. Este tipo de rehabilitaciones hay que tomarlas con mucho respeto, pero, por ejemplo, tenía previsto empezar la musculación en diciembre y lo voy a hacer hoy», apunta el plusmarquista mundial, subcampeón del mundo y bicampeón de Europa en lanzamiento de jabalina.

Ramón, su fisio, es ahora su sombra: «lo que consiga se lo voy a deber a él. Espero ir a Tokio por él y por toda la gente que me ha apoya». Preguntado por si estará o no en la capital nipona, la respuesta es «por mis narices que sí».

Juanvi Escolano, su entrenador y amigo, dirige desde Gandia su puesta a punto.