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Xeresa vuelve a sufrir malos olores por los vertidos de empresas citrícolas

El ayuntamiento revisará todas las instalaciones e instará a que cumplan la ordenanza aprobada en 2018. Hace dos años el municipio vivió la misma situación y algunas sí actuaron

Depuradora de aguas residuales de Xeresa

La historia se repite. Los vecinos y vecinas de Xeresa llevan días soportando malos olores en todo el casco urbano. El motivo es, como ha ocurrido en años anteriores, la depuradora. No es por un mal funcionamiento de la infraestructura, sino por el vertido que llega desde algunos almacenes de cítricos del municipio a través de los desagües. Así lo asegura el propio ayuntamiento en un comunicado que ha colgado en las redes sociales y en el que, además, anuncia que se han intensificado los controles a estas empresas.

Desde hace dos años, el municipio cuenta con una ordenanza municipal que obliga a disponer de un servicio de pretratado o una depuradora propia de las aguas. Las dos empresas más grandes sí que instalaron estos sistemas, pero otras no. Por ello, el ayuntamiento ha iniciado controles y está obligando a cumplir con la normativa local.

Hasta el momento, se han llevado a cabo 19 analíticas a empresas citrícolas del municipio. De estas, tres han dado resultado negativo, puesto que del resto aún no se conoce.

Según explica el ayuntamiento en el comunicado, la depuradora no puede hacer su trabajo adecuadamente porque los vertidos que llegan desde los almacenes «destruyen el sistema biológico», señalan. Esto hace que incluso lleguen a contaminarse las aguas residuales de la zona del marjal.

Desde el ayuntamiento lamentan que se produzca esta situación que ya se vivió en el año 2018, más cuando, como señala el escrito firmado por la alcaldesa, Anabel Peiró, las empresas son conocedoras del problema y los técnicos municipales han mantenido reuniones con sus responsables para explicarles la situación y evitar que sucedan estos molestos episodios para los vecinos y las vecinas.

Ante esta tesitura, el ayuntamiento anuncia que abrirá expedientes sancionadores a aquellas que no respeten lo que indican las ordenanzas municipales.

El problema se encuentra especialmente en el agua que se utiliza para limpiar la fruta. El líquido arrastra residuos orgánicos que van a parar al desagüe y, por consiguiente a una depuradora que no hace el trabajo como corresponde, de ahí que se produzcan los malos olores. La ordenanza, además, recoge una serie de productos químicos que está prohibido verter tanto por parte de empresas como de particulares.

En el escrito, la alcaldesa insta a los comercios «al cumplimiento de la ordenanza» y, en caso de incumplirla «ajustar o crear la infraestructura de su sistema de gestión de las aguas residuales derivadas de su propia actividad». Por otra parte, Xeresa insta a la Conselleria de Medi Ambient y a la de Sanitat «a realizar las inspecciones necesarias para depurar responsabilidades».

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