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La compraventa de viviendas cae a niveles que no se recordaban desde 2012

La comarca de la Safor registró 397 operaciones entre marzo y junio, cuando se decretó el primer estado de alarma

Edificios de viviendas en el paseo de les Germanies de Gandia. | LEVANTE-EMV

¿Qué ocurrirá si se vuelve a parar la actividad y regresa el confinamiento en las casas? Es la pregunta que, probablemente, cada día se hagan aquellos que tienen que tomar decisiones. Y su respuesta no es fácil. Hace nueve meses, cuando se tomó la determinación de confinar a toda la población para frenar el avance del virus se podían prever pero había mucha incertidumbre sobre qué pasaría con la economía del país. Tal vez por eso, la cuarentena general será, en esta ocasión, el último recurso.

Porque ahora sí que hay cifras, Ya se puede evaluar cuál fue el impacto de aquellas semanas de paralización prácticamente total de la economía y una posterior vuelta a una «nueva normalidad» que tampoco está siendo fácil.

Por ejemplo, con la compraventa de viviendas. En el segundo trimestre del año las operaciones en la comarca de la Safor se redujeron hasta niveles que no se habían visto desde los años más crudos de la crisis. Según los datos del Ministerio de Fomento, entre marzo y junio se formalizaron un total de 397 transacciones inmobiliarias. Para hallar una cifra inferior hay que retroceder hasta el primer trimestre del año 2012, cuando se registró, por cierto, el peor dato de toda la serie histórica, que arranca en 2004, con un volumen de operaciones por debajo de 300, concretamente 287.

De hecho la estadística de operaciones de compraventa registradas en el segundo trimestre de 2020 se convierte en el quinto peor dato en 16 años. Una situación preocupante si se tiene en cuenta que el sector abrazaba una situación de recuperación cuando estalló la pandemia en marzo.

En los tres primeros meses de este año se habían concretado 605 operaciones inmobiliarias, el peor registro desde 2016, teniendo en cuenta que el confinamiento se produjo a mediados de marzo.

Es cierto que en los últimos meses el mercado se ha mantenido activo, como apuntó Javier Rocher, presidente de MLS Gandia, la asociación de inmobiliarias de la ciudad. Gran parte de esta situación se debe a que muchas personas han decidido comprar viviendas con balcón o casas con parcelas después de pasar varios meses prácticamente sin poder salir y valorar de otra forma estos elementos de las viviendas.

Gandia fue, con los datos del segundo trimestre, el paradigma de lo que ocurrió en el sector inmobiliario durante el primer estado de alarma. La ciudad, con 167 transacciones de compraventa registró la peor cifra en siete años. Para localizar un menor número de operaciones hay que remontarse hasta el segundo trimestre del año 2013 (148).

En todos los municipios, como es lógico, bajó la venta de viviendas, aunque algunos mantuvieron un nivel aceptable durante esos complicados meses, como Xeraco (12), Xeresa (12), Oliva (81) o Tavernes de la Valldigna, con 30.

Casas con balcón o jardín por si vuelve el confinamiento

La pandemia del coronavirus ha cambiado el comportamiento del comprador a la hora de buscar casa. Antes salía una promoción y se vendían todos los pisos que se ponían a disposición de los clientes, desde los más grandes de cuatro habitaciones hasta estudios con apenas una.

En una sociedad mediterránea en la que el techo se le cae encima y aprovecha cualquier ocasión para salir a la calle, con tener un bueno techo bajo el que dormir casi basta. Sin embargo, más de dos meses de confinamiento han provocado que mucha gente encuentre defectos a su casa.

Por ello, el mercado inmobiliario ha experimentado una reactivación bastante rápida condicionada por la búsqueda de viviendas con balcón para poder disfrutar de espacio al aire libre en caso de que llegue un nuevo confinamiento.

En esa misma línea también ha habido cierto movimiento de casas con jardín o espacios para esparcirse al aire libre. El presidente de MLS Gandia, Javier Rocher, destaca el interés que está experimentado, por ejemplo, una zona como Marxuquera. Las playas también han empezado a vivir este fenómeno. No cabe duda que la pandemia ha cambiado la vida.

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