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Las aves urbanas también habitan el espacio de Gandia

La asociación Adesnsva modifica la barandilla del Mirador del Serpis donde se estrellaban y perecían algunas especies

Las aves urbanas también habitan el espacio de Gandia

Las aves urbanas también habitan el espacio de Gandia

Las aves urbanas también habitan el espacio de Gandia

En esta frenética sociedad que no se detiene a ninguna hora del día y por la que pasan inadvertidos muchos detalles importantes, todavía hay quien piensa que las aves urbanas también habitan la ciudad y, consiguientemente, que tienen derecho a que nadie les coloque trampas que puedan acabar con su vida. El último y singular ejemplo de este amor por la fauna avícola y por el respeto a la naturaleza se ha visto en la ciudad de Gandia.

Hace unos años el ayuntamiento inauguró un espacio denominado Balcón del Serpis en el que se situó una barandilla protegida con cristal transparente. Se trata de una franja de un metro de altura por unas decenas de longitud, precisamente con vistas al río Serpis, al parque de Ausiàs March y al sur de la ciudad.

Pero esa pequeña barrera, invisible a los pájaros, también era una pequeña trampa, obviamente colocada sin esa intención, en la que se estrellaban, y a veces perecían, ejemplares de esa fauna voladora que veían interrumpida su trayectoria de forma brusca y violenta.

La Asociación para la Defensa de la Naturaleza al Sur de Valencia (Adensva), se percató de este hecho y propuso al departamento de Medio Natural del ayuntamiento adoptar una medida tan sencilla como la colocación de tiras de vinilo, perfectamente visibles para las aves, de manera que sirven de alerta de que por allí no pueden pasar volando. Esa acción ya ha concluido y esa es la explicación del sencillo cambio de imagen en la barandilla del Mirador del Serpis.

«Hemos querido poner freno a las muertes evitables producidas desde este mirador. Hablamos con el director del Medio Natural de Gandia antes de notificarlo a las autoridades. La buena predisposición ha hecho que se coloquen estas tiras de vinilo», señala Adensva, cuyos responsables se encontraron precisamente con una curruca capirotada en el suelo que había muerto por colisión. «Esperemos que a partir de hoy las muertes sean más bien nulas», concluye la asociación ambientalista, que para esta iniciativa ha contado con la colaboración de Birdwatching Spain.

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