El instituto Ausiàs March de Gandia, junto al ayuntamiento de esta ciudad, tendrán que decidir en las próximas semanas si sus cerca de seiscientos alumnos terminan el curso en esas instalaciones o si, después del paréntesis de Semana Santa y Pascua, se traslada a las aulas prefabricadas que se colocarán en el solar municipal situado junto al Museu Faller.
El motivo son las obras de remodelación integral del popularmente conocido como «institut vell», que se acaban de adjudicar a la UTE Civicons-Proyme por un montante de 7,2 millones de euros. El dinero lo aporta la Generalitat a través del Pla Edificant.
Según señalaron la alcaldesa, el vicealcalde y la concejala de Educación de Gandia, Diana Morant, Josep Alandete y Carmen Fuster, respectivamente, una opción es que las obras empiecen tras la Semana Santa, lo que obligaría a trasladar la actividad docente a las aulas prefabricadas en ese momento. La otra sería esperar a las vacaciones del verano, de manera que no sería necesario ese dispositivo complejo mientras se desarrolla el curso. En esta segunda opción, preferida por muchos, los alumnos estrenarían las aulas prefabricadas en septiembre de 2021 y pasarían en ellas dos años enteros, dado que ese es el plazo de ejecución de los trabajos que llevarán a la remodelación integral y a la ampliación del instituto aprovechando el solar del antiguo cine Bulevar. Si la UTE cumple ese pronóstico, el «nou institut vell», como le gusta definirlo al vicealcalde Alandete, se inauguraría coincidiendo con la apertura del curso 2023-24.
El proyecto contempla la rehabilitación integral del edificio original y ampliación del mismo, de acuerdo con las actuales necesidades del centro, la creación de un nuevo acceso, el mantenimiento de los valores patrimoniales originales del instituto y la adecuación de las instalaciones y equipamiento del centro.
El instituto de la plaza de Crist Rei se construyó en 1935, y en 1956 fue objeto de una reforma que incluyó el mantenimiento y refuerzo de su estructura. Las muchísimas deficiencias que arrastra llevaron a padres y alumnos a exigir su reforma hace más de veinte años, pero no ha sido hasta ahora que se ha podido completar el proceso para ejecutar la actuación económicamente más elevada y visualmente más singular de todo el Pla Edificant en la ciudad de Gandia.
