El presunto maltrato a una perrita rescatada el domingo pasado, cuando colgaba del balcón de una vivienda situada en la plaza de Espanya de Bellreguard, no es un caso único. Ayer, durante una inspección realizada por la Guardia Civil a esa vivienda, se encontró otra perra, en este caso un animal joven de la raza Bull Terrier, que permanecía encerrada en uno de los cuartos de baño, en pésimas condiciones higiénicas, sin alimento y, además, con evidentes señales de haber recibido golpes en la cara.

El morador de la vivienda, un joven de 31 años, permanecía detenido en el cuartel de la Guardia Civil de Oliva cuando apuntó a los agentes que le interrogaron que, además de la perrita rescatada el domingo pasado, como ya informó ayer este periódico, otra perra estaba encerrada en el cuarto de baño. La Policía Local de Bellreguard no se percató de su existencia cuando, el domingo, se vio obligada a derribar la puerta del piso para poder rescatar al animal que se encontraba colgando del balcón y arañando la pared para intentar ponerse a salvo.

Al tener constancia de esa segunda mascota, la Guardia Civil avisó ayer a la Asociación de Bienestar Animal de Bellreguard, que, como ocurrió el domingo, se hizo cargo de ella y la trasladó primero al veterinario y después a las instalaciones de la Protectora de Oliva, donde está siendo atendida. Tampoco en este caso se teme por su vida y se recuperará de las heridas.

«Ese piso ya parece la casa de los horrores», señalaba un miembro de la asociación proanimalista, que también indicó que existen indicios, por las declaraciones de los vecinos de la zona, de que el joven detenido tenía más perros y gatos que muchas veces permanecían con signos de abandono en el balcón de la vivienda. Siempre según sus testimonios, en varias ocasiones se le recriminó que estuviese golpeándolos, lo que evidenciaría que el maltrato a los animales viene de lejos.

De acuerdo con la instrucción que se está realizando por parte de los agentes de la Guardia Civil, el joven podría ser acusado varios delitos de maltrato animal, y se espera que responda a los interrogantes sobre dónde están las mascotas que los vecinos vieron, porque, como añaden desde las protectoras, se sospecha que hayan fallecido o hayan sido abandonadas. Bienestar Animal de Bellreguard ha animado a denunciar actuaciones de este tipo allí donde puedan ser detectadas.