Solo la demolición del edificio rompió el silencio que desde el 2014 empezó a reinar en pleno corazón del distrito de Roís de Corella de Gandia. El cierre del hospital Francesc de Borja arrastró la actividad económica de un barrio que durante décadas palpitó las 24 horas de los 365 días del año. Varios años antes de que el derribo de la infraestructura se llevara por delante el hormigón, ya había dejado un gran agujero en la zona, un vacío socioeconómico que han acusado los negocios y vecindario durante más de lo previsto porque no se llegó a tiempo de tener un proyecto preparado para cuando se produjera el cierre, algo que se sabía que ocurriría mucho tiempo antes.
Desde ayer empezaba a nacer una nueva vida en el barrio con el inicio de las obras del futuro espacio sociosanitario de Roís de Corella, que tendrán como resultado unas instalaciones avanzadas, con nuevos servicios, por las que pasarán cada día centenares de personas.
Y el silencio dará paso el ruido, el de las máquinas, el del trasiego de operarios que durante dos años trabajarán de forma incansable por que el barrio de Roís de Corella vuelva a palpitar y para que la comarca de la Safor cuente con más servicios sanitarios. La obra que ahora arranca, con un coste que supera los 15 millones de euros, es la de mayor envergadura que tiene en marcha en estos momentos la Conselleria de Sanitat en toda la Comunitat Valenciana, especialmente en términos sociales. No en vano, la visita de la consellera Ana Barceló, ayer a Gandia para dar el pistoletazo de salida a los trabajos fue todo un acontecimiento y congregó a decenas de personas entre cargos públicos, técnicos, personal sanitario y medios de comunicación.
La actuación dará trabajo directo a más de 40 personas, que se ampliarán a más de 25 en empleos indirectos. La previsión inicial es que las labores estén finalizadas a mediados del 2023. Sin embargo, tanto la empresa como la propia administración han asumido el compromiso de, si no surge ningún imprevisto, intentar que puedan estar lista a finales del 2022.
Al margen de las ventajas sanitarias para la ciudad y la comarca, el proyecto busca revitalizar a nivel social y económico un barrio que quedó huérfano tras un cierre del hospital y que también verá cómo desaparecen los juzgados en los próximos años. Se prevé que el centro atienda una área de 19.000 vecinos.
Más de 9.000 m2 de servicios
Las obras contemplan la construcción de un centro de salud integrado que tendrá una superficie construida de 6.935 metros cuadrados, distribuido en cuatro plantas; un centro de salud pública con casa del paciente y escuela de salud, que tendrá una superficie construida de 2.248 metros cuadrados, y se distribuirá en tres plantas; un aparcamiento en el sótano para uso del personal sanitario y un espacio exterior destinado a parque de la salud de 3.800 metros.
El nuevo espacio comprenderá un centro de salud integrado que ofrecerá atención primaria con urgencias las 24 horas y unidades de apoyo (salud sexual y reproductiva, conductas adictivas y odontopediatría); atención con distintas especialidades médicas (atención a la mujer, trabajo social, salud mental); cirugía menor ambulatoria, rehabilitación integral ambulatoria y hospital de día de salud mental. Completan el espacio sanitario un centro de salud pública que albergará las áreas de vigilancia de la salud, seguridad alimentaria, promoción de la salud así como un espacio para casa del paciente y escuela de salud.
La consellera Ana Barceló apuntaba que «se trata de un proyecto muy ambicioso porque vamos a dotar a la ciudad de Gandia de más recursos asistenciales, más especialidades y, sobre todo, porque vamos a contar con un edificio específico destinado a Salud Pública, que ha sido una pieza fundamental durante la pandemia». La representante del Consell también destacó la presencia de una unidad de salud mental: «es una apuesta decidida, clara, que también se verá reflejada en los presupuestos para 2021, que recogen también el incremento de profesionales para poder tener una atención de calidad», indicaba Barceló.
Por su parte, la alcaldesa de Gandia, Diana Morant, indicaba que el de ayer «es un día muy emocionante y significativo para la ciudad de Gandia y la comarca de la Safor», por el inicio de las obras. Aprovechaba pare recordar que al acceder al gobierno en junio de 2015 el edificio estaba absolutamente abandonado, desmantelado y sin licencia de uso
