Además de otros aspectos que levantaron sospechas de amaño, lo que más llamó la atención de este proceso administrativo fue la composición del tribunal que iba a calificar a los aspirantes y, por lo tanto, proponer quiénes se iban a quedar con las plazas de policía local. Pese a que el Ayuntamiento de Villalonga dispone de dos sicólogas municipales, la concejala Alicia Gomis optó por situar en el tribunal a una profesional de València. En segundo lugar, excluyó al jefe de la Policía Local de Villalonga, algo poco común porque allí donde se producen concursos de este tipo el máximo responsable está presente en el tribunal. En eso insistió mucho el exconcejal José Ripoll, quien, a no ver atendida su demanda, acabó dimitiendo. Y, en tercer lugar, llamó la atención que la secretaria de la Corporación municipal, ya iniciado el proceso, anunciara que dejaba el tribunal.