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"Otro año sin Fallas puede ser muy negativo para la fiesta y el sector"

Gadea considera que se puede agravar la situación de los profesionales entorno a la fiesta

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"Plantà" de las fallas de Gandia Levante-EMV

Si hay alguien que siempre ha abogado por agotar todas las posibilidades para celebrar fallas y apurar los tiempos antes de decidir su suspensión es Telmo Gadea. El presidente de la Federació de Falles de Gandia lo tiene claro: «Tiene que haber fiesta». Habla, como es lógico, de una actividad mucho más restringida que la habitual, con actos en los que se puedan mantener las medidas de seguridad y, como es lógico, nunca el mes de marzo porque nada hace indicar que la pandemia lo permita durante esas semanas previas al inicio de la primavera.

Gadea cree que «otro año sin Fallas puede ser muy negativo para la fiesta». Pero no solo habla de la situación en la que pueden quedar las comisiones, que también, sino de todo el sector económico que gira entorno a la fiesta. «Estamos hablando de orfebres, artistas falleros, indumentaristas, pirotecnias, floristas, etc, que pueden sufrir mucho si no hay fallas, aunque sea en un formato más reducido», explicaba en conversación con este periódico.

Telmo Gadea es representante de todos los municipios de la provincia de Valencia con fallas en la comisión de seguimiento de la fiesta que en los últimos meses ha estudiado el futuro y devenir de la fiesta en un contexto de nueva normalidad. En este órgano se ha fijado como horizonte el segundo semestre del 2021 como posibles fechas para poder celebrar las fiestas.

Gadea como es lógico lo respeta pero lamenta que «no se haya concretado más un fecha», algo que ya ocurrió el año pasado fijando el mes de julio en el caso de València que después obligó al ayuntamiento de la ciudad a rectificar por la realidad.

El dirigente de Gandia resalta dos consecuencias importantes de no celebrar fallas este año. Por una parte de la propia situación de las fallas. «Se esperan muchas bajas. Hay familias que con esta pandemia lo están pasando mal y que se van a dar de baja por no poder asumir las cuotas». En segundo lugar, Gadea habla de la situación en que puede quedar todo el sector que trabaja entorno a la fiesta.

Lo que sí que es una evidencia a estas alturas es que entre el colectivo reina el convencimiento de que los monumentos, que cabe recordar son del año 2020 y siguen guardados en los almacenes, deben arder para dar paso a una fiesta que se espera que pueda volver a la normalidad en el ejercicio de 2022.

Tanto Gandia como las otras dos localidades de la Safor donde hay fallas, Oliva y Tavernes de la Valldigna se acogerán, en todo caso, a las fechas que finalmente se fijen para celebrar las fiestas. En la mente de todo el colectivo fallero está el poner fin de algún modo a un ejercicio inacabado.

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