Hace cuatro años el hecho de que Xeraco reclamara como propio un tramo de playa de unos 600 metros lineales al sur de la desembocadura del río Vaca, que Gandia considera suyo, parecía una anécdota llamada a extinguirse en unos días. Pero después la cuestión fue tomando seriedad y, finalmente, ha abierto un conflicto administrativo, que ya está en el ámbito judicial, entre esos dos municipios vecinos.
Ahora este insólito desencuentro revive con la exposición pública del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Xeraco, en cuyos planos, dando cumplimiento a su propio criterio, se aprecia perfectamente que extiende el término hacia Gandia, situando como «xeraquera» esa extensión de unos 150.000 metros cuadrados de arena con algunas dunas costeras.
Todo ello en un espacio denominado marítimo terrestre cuyas competencias recaen casi exclusivamente en el Ministerio de Transición Ecológica y que, en su nombre, gestiona la Demarcación de Costas de València.
El alcalde de Xeraco, Avelino Mascarell, señaló ayer a este periódico que desconocía al detalle la delimitación que el PGOU sitúa en la franja sur, hacia Gandia, pero insistió que esta corporación piensa que se trata de suelo de su jurisdicción y que la intención es defender esa postura.
El plano del PGOU, sin embargo, ha enfadado en Gandia, donde los técnicos municipales, que revisan cualquier documento de ordenación territorial de los municipios colindantes, apreciaron inmediatamente ese «mordisco» que se produce en la playa de l’Auir y advirtieron al Gobierno local.
Así, el concejal de Gobierno Interior, José Manuel Prieto, mostró su enfado ante este intento de Xeraco por zanjar la cuestión. Prieto recordó que justamente fue Gandia la que alegó a los tribunales que el PGOU de Xeraco sitúa el límite de su término en la desembocadura del río Vaca, como estima que es lo correcto, al tiempo que lamentaba que esta acción haya tenido lugar en plena tercera oleada de la pandemia del coronavirus. «¡No tenemos suficientes problemas como para ahora volver a abordar esta cuestión!», indicaba Prieto.
Aun así, y respondiendo a la apertura del trámite de información pública del PGOU de Xeraco, el Ayuntamiento de Gandia alegará para que corrija la línea de separación y mantenga que es el cauce del río Vaca el que marca el límite.
Las posiciones políticas en este tema no responden a partidos, sino a municipios. En Xeraco todas las formaciones se han mostrado partidarias de «defender» que su término, en la playa sur, se extienda algo más allá de la desembocadura del río. En Gandia, tres cuartos de lo mismo pero al contrario. Todas las formaciones políticas lamentan que Xeraco haya roto el «estato quo» que se ha mantenido durante décadas y, sin aviso previo, en 2017 situara carteles en la arena para señalar que ese pedazo de playa forma parte de su espacio administrativo.
Cierto es, también, que hubo un momento en que los alcaldes anunciaron diálogo para solucionar el conflicto, pero con el paso del tiempo se han dado cuenta de que ceder en una cuestión que afecta al territorio no da buenos resultados, y por eso la cuestión tiene todos los visos de resolverse en los tribunales.
Un «pedacito» de playa amenazada por el cambio climático
En esos aproximadamente 150.000 metros cuadrados de playa en litigio entre Xeraco y Gandia solo se pueden plantar sombrillas en verano y, además la Administración está obligada a preservar las dudas y el ecosistema que en ellas se desarrolla. Pero, como ocurre en administraciones superiores, algo sensible se toca cuando se habla del territorio y de su jurisdicción, de ahí que esta inicial anécdota se haya convertido en un conflicto entre municipios vecinos. La playa de l’Auir, además, forma parte de toda esa franja que, si el cambio climático no se detiene y el nivel del mar sigue subiendo, podría acabar bajo las aguas.
