Lamentablemente, esa reducción de la contaminación atmosférica de Gandia provocada por la parálisis del tráfico, y de tantas otras actividades, se ha ido diluyendo a medida que los ciudadanos han vuelto a poner en marcha sus vehículos, de cuyos motores surge el gas causante, y se incrementará aún más si, como es deseable, la vacuna acaba con la pandemia del coronavirus y todo vuelve a una cierta normalidad.

Pero paralelamente este efecto se produce la decisión del Gobierno local que integran PSPV-PSOE y Compromís Més Gandia Unida, que casi en el ecuador de la legislatura ha adoptado algunas medidas, y otras que se pondrán en marcha sucesivamente, para limitar el uso de coche privado y apostar por los espacios ganados a los viandantes y a los medios de locomoción no contaminantes.

El corte total del tráfico afectó, el pasado verano, a todo el paseo Marítim de Neptú, y después se trasladó a la zona del Centre Històric, si bien en este espacio con muchas limitaciones, lo que genera que todavía sean muchos los vehículos que entran.

En sus declaraciones públicas, tanto la alcaldesa, Diana Morant como el vicealcalde, Josep Alandete, han señalado que la idea es seguir implementando ese proyecto que han querido bautizar como «la Morada».

Sin duda, donde más se notará es en esas zonas acotadas a los coches, pero, por extensión, también al resto de la ciudad, dado que muchos ciudadanos tendrán que optar por dejar sus coches al no poder llegar al punto deseado.