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"Lo mejor ha sido sentir el calor de la afición y lo peor es que ahora no lo tenemos"

El capitán del Angels Vision, Alan Kleinjan, cumple 100 partidos FEB con una absoluta fidelidad a Units pel Bàsquet Gandia

Alan Kleinjan se disponer a lanzar desde la línea de tiros libres en un partido de esta liga. | UPBG

Alan Kleinjan Rodríguez, (Gandia, 16-03-1997), celebra esta semana sus 100 partidos en competiciones de la Federación Española de Baloncesto (FEB). Nacido y formado en el Units pel Bàsquet, es ahora el actual capitán del Angel Vision de la Liga EBA, el primer equipo de la entidad. Empezó con 4-5 añitos en los «babys» y debutó oficialmente como senior el 31-10-2015 (tenía 18 años) con triunfo ante el CB l’Alfàs del Pi en el pabellón municipal, en una campaña que culminó con un ascenso a la LEB Plata.

Kleinjan afirma sentirse satisfecho tras alcanzar el centenario en el partido del pasado miércoles, que el Angels Vision ganó al Alginet, y «orgulloso de celebrarlo en mi club, mi casa y mi vida».

El escolta-alero (2-3) confiesa que lo mejor de estos 100 partidos en un periodo de 5 años largos «ha sido, sin duda, sentir el calor de la afición gandiense, su apoyo y sus ánimos, incluso aunque se perdiera», mientras que lo peor «es no poder disfrutar ahora mismo del cariño del público con el pabellón lleno de gente, por culpa de la pandemia».

De hecho, sus mejores recuerdos se centran en dos partidos de casa: «uno fue el día del ascenso a LEB Plata aquí en Gandia. Viví uno de los momentos más felices con la comunión entre equipo y afición y eso que ni siquiera jugué. El otro fue la defensa que le hice a Josep Puerto en un partido ante el Valencia Basket que también ganamos».

Otro factor positivo en la trayectoria de Kleinjan tiene nombre propio: el entrenador Víctor Rubio. «Es muy importante en mi vida, tanto dentro como fuera de la cancha. Con él aprendo baloncesto, pero también valores de la vida. Empecé con él de júnior y ahí sigo, ahora como capitán por decisión suya».

Dentro de la «gran familia que es el club», destaca el canterano, «me siento querido e importante. El pabellón es mi segundo hogar y cuando voy a entrenar o a jugar lo hago con una sonrisa».

Su relación con UpB Gandia es tan intensa que también es técnico de la base desde hace varios años como formador de los más pequeños y esta temporada al frente del cadete B. «Ejercer de entrenador, aunque sea de la cantera, me ayuda a entender al mio».

Alan no olvida a su familia (padres y hermanos) y a su pareja, Ana, porque «han sido fundamentales en mi vida deportiva y personal. Siempre están pendientes de mi y, sin su apoyo, yo no hubiera llegado hasta aquí».

Hoy es día de partido

Al preguntarle por esta campaña, Alan Kleinjan explica que «somos un equipo muy joven y bastante inexperto, pero al mismo tiempo con mucho margen de mejora. Ahora que estamos entrenando todos y con continuidad, se nota para bien en los partidos. No podemos marcarnos objetivos, sino mejorar y crecer partido a partido».

El equipo tiene hoy una nueva oportunidad de demostrar su progreso en el choque ante el Cartagena, fijado a las 19.30 horas en el pabellón municipal de Gandia.

El Angels Vision intentará sumar su tercer triunfo seguido ante un rival que acumula seis victorias consecutivas y tiene la mejor plantilla de la conferencia.

«Alan es el claro ejemplo de un canterano que persevera hasta llegar al primer equipo»

Si hay alguien que conoce bien a Kleinjan es su entrenador desde que era júnior, Víctor Rubio. El técnico del Angels Vision asegura que Alan «es el claro ejemplo de lo que ha de ser un jugador de cantera que llega al primer equipo, alguien que no ha dejado de perseverar por lo que quería», añadiendo que «se trata de un deportista que no ha destacado nunca por un talento determinado, pero sí por tener mucha pasión por lo que hace y por trabajar en los entrenes, a veces sin la recompensa de jugar muchos minutos en los partidos. Es bonito llegar al centenar de partidos de competiciones FEB y nada fácil hacerlo con el equipo de tu ciudad. Es capitán con solo 23 años y me siento contento y orgulloso de su evolución y madurez» .

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