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Bellreguard asume la reparación de la playa destruida ante la pasividad del Consell y del Gobierno español

Un año después de la borrasca Gloria no han llegado las ayudas para actuaciones en el paseo marítimo, valoradas en medio millón de euros

El paseo marítimo y la playa de Bellreguard, en una imagen tomada poco después de que la borrasca Gloria causara enormes destrozos en las infraestructuras. | LEVANTE-EMV

Un año después de que la borrasca Gloria y el durísimo temporal marítimo que llevó asociado destrozara el paseo marítimo de Bellreguard, ni el Consell de la Generalitat ni el Gobierno de España han hecho llegar las ayudas que rápidamente prometieron responsables de ambas administraciones. De manera que el paseo, arreglado provisionalmente para poder acoger turistas y visitantes el pasado verano, sigue esperando la reparación que requiere.

En esa situación, el Gobierno local, formado por Compromís y PSPV-PSOE, no ha tenido más remedio que responder ante a la demanda vecinal que exige la ejecución del proyecto y el pasado mes de enero inició las gestiones para asumir, con fondos propios, el presupuesto necesario para devolver a la primera línea de mar el aspecto que, más o menos, tenía antes de los catastróficos destrozos provocados por aquella borrasca.

El alcalde de la localidad, Alexandre Ruiz, que en enero de 2020 precisamente propició un interesante debate público sobre cómo reconstruir infraestructuras del litoral dañadas por aquel temporal, señaló ayer a este periódico que, con los votos del Gobierno local y el rechazo del PP el consistorio solicitará en el pleno de la próxima semana un crédito de cerca de 430.000 euros. Es una enorme cantidad de dinero para un municipio como este, pero considera que es necesario a la vista de que, un año después, y cuando se aproxima otra temporada turística, «no hemos obtenido ninguna respuesta de las ayudas del Consell de la Generalitat y seguimos sin contestación por parte del Gobierno de España».

El dinero que asume el ayuntamiento en solitario se destinaría, entre otras actuaciones, a la reposición del muro que delimitaba el paseo marítimo, utilizado como banco para sentarse por muchos visitantes, las tarimas de madera que el mar se llevó por delante, las barandillas de los accesos situados entre el paseo y la arena de la playa, y la reconstrucción de la Font de la Roda, un emblema de Bellreguard que también saltó por los aires con la imponente fuerza del mar.

Poco después del desastre, el ayuntamiento encargó un estudio sobre el valor de los daños causados para poder ponerlo a disposición de la Administración que se encargara de ejecutar la reparación, pero ni siquiera la declaración de zona catastrófica ha supuesto celeridad a la hora de aprobar esas ayudas económicas, especialmente para municipios con escasos recursos.

Solo el 50%, si llega

El alcalde Ruiz señala que Bellreguard ya solicitó acogerse a las ayudas que se articularán, por parte del Gobierno, a través del decreto de declaración de zona catastrófica, pero recordó que, en el caso de que lleguen, la aportación del Estado se limita al 50% de las inversiones. Eso significa que para la reparación del paseo marítimo llegarían poco más de doscientos mil euros que se destinarían a amortizar anticipadamente el crédito de 430.000 que el ayuntamiento pedirá ahora para ejecutar la obra.

Como Bellreguard, la mayoría de los daños causados por los temporales de mar en las playas de la Safor han tenido que ser asumido directamente por los propios ayuntamientos.

Poco dinero para tanta declaración de «zona catastrófica»

No pasan ni horas para que, cuando se produzca un desastre «natural» los ayuntamientos levanten la voz pidiendo la declaración de «zona catastrófica» para el territorio afectado. Inundaciones, temporales de viento o marinos, heladas o incendios forestales figuran entre los episodios más frecuentes. Lo que pasa es que, ante las enormes pérdidas que esas situaciones generan, los gobiernos tienen pocos recursos económicos a repartir, como se acaba de demostrar ahora.

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