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Asalto al aguacate

«De seguir así tendremos que montar patrullas de vigilancia», señala uno de los afectados

Vicente Peiró con aguacates que rescató cuando auyuentó a los ladrones de su huerto. | LEVANTE-EMV

Cinco veces en los últimos dos meses ha tenido que sufrir Vicente Peiró, agricultor de Bellreguard, el robo de aguacates en la parcela que tiene muy cerca del carril bici que discurre entre Gandia y Oliva. De nada ha servido que tenga todo el campo vallado. Los cacos rompen el cerco, sin miramientos por los daños que causan, arrancan la fruta como pueden y se la llevan.

En la última ocasión, hace tres semanas, se encontró con los ladrones dentro de la parcela, de manera que llamó inmediatamente a la Policía Local y a la Guardia Civil, y aún pudo recuperar los varios cajones de los aguacates que se iban a llevar.

El caso de Vicente Peiró en absoluto es una anécdota. En Bellreguard, en Almoines en Simat de la Valldigna, y allí donde los productores han pasado de la naranja al aguacate, son pocos los que no han sufrido la misma circunstancia, y eso que la mayoría de las plantaciones están protegidas, incluso con cámaras que graban día y noche.

El aguacate, como en su día lo fueron algunas variedades de naranja, se ha convertido en objetivo de ladrones, a veces de bandas perfectamente organizadas, simplemente porque el robo les conlleva muchos beneficios. La fruta figura entre las más caras del mercado, y no es raro encontrarla a cinco euros el kilo, hasta diez veces más que lo que se paga por la naranja del terreno.

Vicente cuenta a este periódico que quiere agradecer a la Guardia Civil el trabajo que hace para esclarecer los robos y detener a los autores, pero también reconoce la escasez de medios, saturación de los juzgados y otros aspectos que tantas veces dejan impunes los delitos que se cometen contra los agricultores.

Y también coincide con el testimonio de otro agricultor, en este caso de Almoines, a la hora de explicar cómo funciona ese «mercado negro» que permite dar vida a los ladrones de aguacates. Tras llevárselos de los huertos que asaltan, disponen fruterías y verdulerías de la comarca que adquieren el producto pensando que su recolección ha sido legal.

Se llevan fruta verde

El equipo ROCA de la Guardia Civil de Gandia, que investiga los delitos cometidos en la agricultura, ha inspeccionado algunos de las fruterías señaladas y se ha encontrado con facturas de mercados de mayoristas, como Mercavalencia, que después se han demostrado falsas.

A Vicente Peiró el año pasado llegaron a robarle casi toda la cosecha, entre 4 y 5 toneladas de aguacates, parte de ella con la fruta todavía en un estado muy verde, y clama para que los fruteros contribuyan a perseguir estos delitos y denuncien a las personas que les ofrecen el producto a bajo precio «porque esa es la primera evidencia de que es robado».

«Si entre todos no colaboramos a erradicar este problema, no tendremos más remedio que organizar nuestras propias patrullas de vigilancia», señala el agricultor mientras muestra, en su parcela de Bellreguard, los cajones con los últimos aguacates que él mismo recuperó cuando ya se los llevabanlos ladrones.

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