Ni hablar de relajarse

Los estamentos sanitarios insisten en que ahora que ya se ve algo de luz hay que seguir siendo estrictos en el cumplimiento de las medidas para salir de niveles extremos y, sobre todo, aliviar la presión hospitalaria

La calle Major de Gandia llena de gente en una imagen del pasado septiembre. | LEVANTE-EMV

La calle Major de Gandia llena de gente en una imagen del pasado septiembre. | LEVANTE-EMV / ToniÁlvarezCasanova.Gandia

ToniÁlvarezCasanova.Gandia

Un bar de Tavernes, cerrado por las restricciones decretadas por la Generalitat. | LEVANTE-EMV

Un bar de Tavernes, cerrado por las restricciones decretadas por la Generalitat. | LEVANTE-EMV / ToniÁlvarezCasanova.Gandia

La tercera ola de la pandemia del coronavirus ha empezado a remitir en la comarca de la Safor. El descenso está en un estadio muy inicial pero al menos resulta positivo que la dramática tendencia de enero, el peor de los once meses de crisis sanitaria, se haya frenado y permita ver algo de luz.

Sin embargo, no hay que perder la perspectiva de la actual situación. Con 790 casos por cada 100.000 habitantes en todo el departamento de salud de Gandia, según la última actualización de la Conselleria de Sanitat, la pandemia sigue en niveles muy preocupantes y es mucho el camino que queda por recorrer para alcanzar un punto de relativa tranquilidad.

Hay que tener en cuenta que el pasado octubre la Generalitat fijó que la incidencia que marcaba el riesgo extremo de contagio en un territorio es de 250 casos por cada 100.000 habitantes, una cifra de sobra vapuleada y muy alejada, por tanto, del momento actual. Hace apenas un mes, se registraban 423 casos activos y ayer, aun en proceso de bajada, había un total de 1.405, es decir, más del triple.

Por tanto, el cambio de tendencia de los últimos días, por mucho que invite a un optimismo que se echa de menos, no puede generar la falsa sensación de que ya se puede empezar a relajar el comportamiento social que aún restringen las medidas.

La pandemia está en un momento clave. Mientras quien se encarga de gestionarla, es decir, la Generalitat, decide en qué medida prorroga las restricciones actuales, si es que finalmente es así, la ciudadanía sigue teniendo la responsabilidad de hacer que la curva siga bajando.

En el punto en el que se encuentra ahora mismo la crisis y por mucho que la mejora de la situación pueda generar cierto alivio, las autoridades sanitarias insisten de forma muy contundente en que no cabe ahora mismo espacio para la relajación y piden un esfuerzo para cumplir, más si cabe las normas, y más ahora que está demostrado que solo así pueden mejorar su vidas. En este punto resulta necesario seguir cumpliendo de forma estricta las medidas que, como se ha comprobado, han logrado dar sus frutos para doblegar la curva.

Es más, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, hace unos días incluso rebajó la euforia de que pueda haber cierta permisividad en Semana Santa. «No es momento», dijo.

Si la situación ha empezado a dar síntomas de mejora es precisamente porque la ciudadanía hace caso a las medidas actualmente en vigor: toque de queda a partir de las 22 horas, cierre perimetral de toda la Comunitat Valenciana, con la imposibilidad de entrar o salir sin cumplir alguna de las excepciones que señala el decreto, clausura total de la hostelería, cierre del comercio a las 18 horas, confinamiento perimetral durante el fin de semana de Gandia como ciudad de más de 50.000 habitantes. Se prohíbe las reuniones familiares de no convivientes en el interior de una casa, mientras que en espacios públicos (incluye la calle, polideportivos, recintos, etc.) solo se pueden reunir dos personas no convivientes. A esto se le suman las medidas locales que cada ayuntamiento ha ido tomando, como el cierre de parques infantiles, centros sociales, suspensión de actividades extraescolares, deportivas y culturales o desinfección constante de espacios públicos, entre otras.

Vacunación

La otra esperanza para frenar la pandemia está en la vacunación. En la comarca de la Safor ya se ha inmunizado a todos los sanitarios de la atención primaria, es decir, los centros de salud y consultorios auxiliares, y se espera, según apuntan desde el centro de salud pública de Gandia que a lo largo de esta semana también lo haga la totalidad de la plantilla del hospital Francesc de Borja. También muchas de las residencias de la comarca están inmunizadas con las dos dosis correspondientes de la vacuna de Pfizer, que fue la primera que llegó a la Safor.

Por tanto, es momento de seguir extremando las precauciones o hacerlo incluso más que nunca, y contribuir entre todos y todas a que los niveles de contagios se reduzcan hasta cifras aceptables, dejar atrás los momentos en que se rozaron los 2.000 casos activos, como ocurrió el pasado 1 de febrero y, sobre todo, aliviar la presión sanitaria que ha puesto en jaque al sistema.

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