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A robótica después de clase

Una academia de Gandia ofrece estimular el pensamiento lógico y científico de los niños construyendo robots y con el método de Lego

Una clase y, a la derecha, uno de los robots como los que competirán en el campeonato. | J.C.

Estimular entre los niños el pensamiento y las habilidades científicas y tecnológicas. Este es el objetivo de Cantera de Empresas, una academia privada creada en Gandia en junio de 2019 y situada en la calle Benissuai, en el barrio de Corea. Según su promotores, Silvia Castelló y Luis Cañera, este modelo educativo es único en la Comunitat Valenciana, ya que no es sólo una academia de robótica, sino que además está en contacto con el tejido empresarial de la comarca. «Es tan novedoso que cuando quisimos dar de alta el centro no encontramos ningún epígrafe entre las actividades económicas, así que la tuvimos que inscribir como academia de inglés», señala como anécdota el director, Luis Cañera.

La academia está teniendo una gran acogida, aunque también han notado, como muchos establecimientos, el impacto de la crisis del coronavirus. Ahora bien, con todas las medidas de seguridad (toma de temperatura, alfombrillas desinfectantes, mascarilla y distancia de seguridad), los niños pasan unas horas agradables en las que aprenden jugando. «Realmente les gusta venir, no supone ningún suplicio para ellos», apunta Cañera, y defiende el proyecto formativo que ofrecen: «Con estos conocimientos no es que estén soñando con un futuro profesional, sino que se aseguran ese futuro».

Se trata del método STEAM, con el que el alumnado potencia el pensamiento flexible y su creatividad, unos ingredientes indispensables cuando se trata de innovar. Combina Ciencia (Science), Tecnología (Technology), Ingeniería (Engineering), Arte (Arts) y Matemáticas (Maths), de ahí el acrónimo, en inglés. El centro se inspira en una máxima, que resume Cañera: «El 35% de los puestos de trabajo que tendrán nuestros hijos hoy en día no existen, y la gran mayoría de esas ofertas tendrá que ver con aspectos tecnológicos». Además, en la academia están en contacto permanente con empresas del sector, que sugieren ideas sobre los contenidos a impartir: «Nos basamos en la vida real y les enseñamos a los niños, por ejemplo, cómo funciona un coche eléctrico, o una retroexcavadora». Cada niño tiene un ordenador y un kit de robótica, y lo montan desde cero, haciéndolo funcionar.

Incorporan el método de Lego, apenas instaurado en España, y gracias a ello, Gandia volvió a competir en la Lego League. Tampoco se olvidan del Internet de las Cosas (IoT) o de la domótica.

La experiencia de la academia ha servido para constituir, hace unas semanas, la Asociación para el Desarrollo Tecnológico de la Safor (Adetecsa). El presidente es Luis Cañera, y le acompañan en la directiva Luis Pistoni (vicepresidente), Verónica Saá (secretaria), Juan Antonio Sirvent (tesorero), y como vocales Silvia Castelló y Josep Alvarado. Todos ellos son profesionales vinculados a empresas tecnológicas, de márketing digital, de «big data», o al Colegio Oficial de Ingenieros de la Comunitat Valenciana.

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