En marzo de 2020 se paraba el país. El virus desde que hacía ya unos meses se hablaba en otras partes del mundo entraba con mucha fuerza en España y obligaba a confinar a la ciudadanía. Desde ese día, incluso desde un poco antes, las autoridades sanitarias hicieron hincapié en las medidas personales que había que tomar para evitar la expansión de los contagios: distancia de seguridad de dos metros, uso de mascarilla e incluso entonces se hablaba de guantes para, por ejemplo, hacer la compra, aunque esta medida después se desechó.

Ha pasado prácticamente un año de aquellos días, casi doce meses de pandemia, de martilleo de información, de repetición de las medidas para que se apliquen a prácticamente todos los ámbitos de la vida. Pero, aún así, siguen habiendo personas que no acaban de tenerlo claro.

Así lo demuestra el trabajo que están llevando a cabo los informadores covid contratados por el ayuntamiento de Gandia. Según la información facilitada ayer, entre el 8 y el 14 de este mes de febrero, la brigada ha registrado más de 1.500 incidencias. La gran mayoría de ellas están generadas por el mal uso de la mascarilla o directamente por no llevarla.

Lo que más sorprende de esta estadística es que en 25 de los casos que han detectado los informadores ha sido necesario llamar a la Policía Local de Gandia porque las personas avisadas se negaban a cumplir con las indicaciones.

Esta cifra supone un aumento del 31% respecto a la semana anterior, lo que significa que aún son muchos los que no entienden o no quieren entender que el uso de elementos de protección puede evitar que se expanda el virus como lo hizo durante el pasado mes de enero.

Es cierto que, quitando estos 25 casos, el resto de situaciones se resolvieron con el simple toque de atención de los informadores, lo que a su vez demuestra que la gran mayoría sí que está por la labor de hacer las cosas bien y poner su granito de arena para tratar de evitar que el virus se siga extendiendo.

De ese modo, cuando los agentes de la Policía Local llegan lo más probable es que abran un expediente de sanción a la persona que no ha querido cumplir con la medida en cuestión.

El 91,5% de las incidencias registradas en este periodo corresponden a peatones en espacios públicos, mercados o clientes en los distintos establecimientos.

En cuanto a las incidencias en hostelería, comercio o mercados, las advertencias han sido muy inferiores (el 8,5 %).

Confinamiento perimetral

Otra muestra de que hay personas que creen que la cuestión con ellas son las más de 1.000 sanciones que se han impuesto durante los tres primeros fines de semana de confinamiento perimetral de Gandia, dentro de las medidas del Consell para frenar la movilidad.

El último fin de semana, entre la Policía Local y la Policía Nacional impusieron un total de 345 multas a vehículos que intentaban saltarse esa restricción, lo que sumado a las cifras de las semanas anteriores ya se acerca a las 1.500. Cabe recordar que aún quedan otros dos fines de semana de cierre perimetral, si es que no hay prorroga a partir del próximo 1 marzo.

Los informadores contratados por el Ayuntamiento de Gandia patrullan la ciudad a pie y no solo avisan a quien está incumpliendo las normas sino que ayudan a resolver dudas a quienes se acercan a preguntarles.

Aunque durante los primeros meses se recomendaba el uso de mascarilla para ir por la calle o a comprar a los establecimientos, fue el pasado mes de julio cuando, en la Comunitat Valenciana, se instauró la obligación de utilizar siempre este elemento de protección.

Han pasado, pues, muchos meses desde que se generalizaron las medidas de protección, por lo que casi nadie puede decir ya que le viene de nuevo el aviso de utilizar las mascarillas, por mucho agotamiento que exista entre la sociedad.