Un total de quince municipios de los 31 que conforman la comarca de la Safor no presentan contagios nuevos en los últimos cuatro días. Así se desprende de la última actualización de datos que ayer ofreció la Conselleria de Sanitat Universal y Salut Pública.

En concreto, desde el pasado viernes, la comarca suma 115 nuevos positivos. De estos, 78 son solo de las tres ciudades más grandes: Gandia, con 38 contagios más, Oliva, con 15 y Tavernes de la Valldigna, que la supera, con 25. El resto hasta 115, es decir, apenas 37, pertenecen a los otros doce municipios, con un máximo de cinco casos nuevos en Potries y Miramar.

Con estas cifras, la comarca ya ha superado los 11.000 contagios desde el inicio de la pandemia. Concretamente, el departamento de salud de Gandia suma 11.024 desde que empezaron a contabilizarse el pasado mes de marzo. Más de la mitad de estas infecciones tuvieron lugar durante la tercera ola, especialmente en enero.

Como a finales de la pasada semana, siete municipios están sin casos activos. En el global de la Safor se alcanzaron, según las cifras de ayer, las 250 personas que actualmente tienen el virus activo.

También sigue bajando la incidencia acumulada (IA) y, con ella, se reduce el nivel de riesgo de contagio. En concreto, el departamento de salud de Gandia se sitúa en 143 casos por cada 100.000 habitantes. Eso significa que en solo una semana, la comarca ha pasado de estar en una situación de riesgo extremo a reducir el umbral hasta colocarse en un grado medio, que se establece para una horquilla de entre 50 y 150.

Un total de ocho localidades se sitúan en un nivel de «nueva normalidad» según la división que realiza el Ministerio de Sanidad. Esto significa que su incidencia acumulada está por debajo de 25 casos por cada 100.000 habitantes: Almiserà, Alfauir, Benifairó de la Valldigna, Beniflà, Benirredrà, Castellonet, Guardamar de la Safor y Llocnou de Sant Jeroni. Todas ellas tenían ayer una IA de 0 al no tener casos activos.

Por debajo de 50, es decir, en riesgo bajo, están Daimús (32 casos), el Real de Gandia (40,6), Piles (37) y Xeresa (46).

En situación de riesgo medio (entre 50 y 150) están la Font d’en Carròs (79), Bellreguard (108), l’Alqueria de la Comtessa (67), Oliva (111), Palma de Gandia (61), Rafelcofer (148), Ròtova (77), Simat de la Valldigna (60), Villalonga (93) y Xeraco (106).

En nivel alto se sitúan, en la última actualización de datos, Ador (198), Gandia (152), Miramar (151) y Potries (191) y en nivel extremo siguen Almoines (289), Barx (469), Beniarjó (509), que es el municipio que ahora mismo presenta una mayor incidencia, y Tavernes de la Valldigna (267).

La comarca de la Safor, con todo, deja atrás el peor periodo de la pandemia y se prepara para un escenario de estabilización. Eso significa que a partir de ahora las cifras de contagios ya no bajarán de forma tan abrupta, sino que, si siguen decreciendo lo harán a un ritmo menor.

Habrá que ver qué ocurre en las próximas semanas cuando empiece la desescaladas que el Consell ya planea a partir del próximo 1 de marzo.

Ese día finalizan las medidas impuestas a mediados del pasado mes de enero y se da por seguro que algunas de ellas ya se relajarán.

La presión hospitalaria baja con 12 pacientes en UCI



La buena marcha de los datos de contagios de los últimos días se está traduciendo también en la presión hospitalaria del complejo sanitario Francesc de Borja, ubicado en el polígono Sanxo Llop de Gandia. Atrás quedan aquellos días en que el centro estuvo a punto de colapsar debido al gran número de pacientes que se atendía aquejados por covid.

En la última actualización de datos, desde Salud Pública se ha informado de que, en estos momentos, hay 32 personas siendo atendidas en el centro sanitario. De estas, 20 se encuentran en las plantas de hospitalización destinadas a pacientes aquejados por la enfermedad que genera el coronavirus, mientras que otras 12 siguen en la UCI y, por tanto, en estado grave.

Precisamente esta es la cuestión que ahora más preocupa a los sanitarios, ya que si bien los ingresados en las salas sí que han bajado de forma considerable en las últimas dos semanas, en la UCI el ritmo de altas es mucho más lento. De hecho, la reducción en el número de personas ingresadas en este servicio se produce, en ocasiones, por fallecimientos y no porque el estado de los pacientes mejore.

Pese a la mejoría general, las instituciones sanitarias insisten en que no hay que bajar la guardia y hacen un llamamiento a seguir manteniendo, incluso más si cabe, un comportamiento responsable por parte de los ciudadanos y las ciudadanas una vez se inicie la desescalada para evitar, en la medida de lo posible, que se decrete una cuarta ola pandémica que pudiera ser igual y volviera a afectar de forma muy seria al sistema sanitario y también a los sectores económicos ya de por sí maltrechos.