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El Gobierno anuncia el enésimo proyecto para regenerar las playas del sur de la Safor

Ante los graves daños causados hace un año el Ministerio de Transición Ecológica revela que ha licitado la redacción de las obras necesarias para consolidar el tramo desde el Serpis a Oliva

Una excavadora retira un entrante del paseo de Bellreguard tras los daños causados por el temporal Gloria en enero de 2020. levante-emv

El Ministerio para la Transición Ecológica ha iniciado el procedimiento administrativo para redactar un nuevo proyecto que permita regenerar, teniendo en cuenta los últimos conocimientos climáticos, el tramo de costa comprendido entre la desembocadura del río Serpis, en Gandia, y la infraestructura del puerto deportivo de Oliva. Esto es, la zona de playas que, junto a la Goleta de Tavernes de la Valldigna, ha presentado en las últimas décadas el mayor grado de erosión y retroceso, que se acrecienta con cada temporal marino.

La redacción del proyecto de regeneración costera para Gandia, Daimús, Guardamar de la Safor, Bellreguard, Miramar, Piles y Oliva supone el enésimo anuncio realizado a los ayuntamientos para acometer esas obras necesarias que tendrán como principal objetivo la consolidación del suelo existente y, obviamente, de las infraestructuras y las urbanizaciones litorales que, especialmente en verano, generan una enorme actividad turística que nadie quiere dejar perder. Pero este anuncio, realizado a partir de una pregunta del senador de Compromís, Carles Mulet, supone también el reconocimiento del fracaso de los trabajos realizados con anterioridad, desde hace más de veinte años, para acometer esa consolidación de las playas.

Porque justamente el tramo entre Gandia y Oliva fue el que se analizó por parte de técnicos de la Universitat Politècnica de València hace más de veinte años a partir de una serie de temporales marinos que causaron graves daños, especialmente en las playas de Daimús, Bellreguard, Miramar y Piles.

Entonces ya se apuntó la posibilidad de que algunas infraestructuras situadas en primera línea, como los paseos, fuesen modificados al considerar que en su día se construyeron invadiendo el espacio marítimo, de ahí que sean duramente golpeados cuando se producen temporales de levante y del noreste y sufran importantes pérdidas de arena, un efecto debido, entre otros aspectos, a la interupción del arrastre de sedimentos que, en sentido norte-sur, quedan retenidos por infraestructuras como el puerto de Gandia.

El Gobierno español, a partir del durísimo temporal ocasionado por la borrasca Gloria en enero del año pasado asumió un cambio de concepto a la hora de actuar en la costa, y por eso desde entonces apuntó a la necesidad de nuevos estudios y proyectos que permitan reparar los daños pero teniendo en cuenta que deben soportar episodios similares.

En ese contexto está el nuevo proyecto encargado por el Ministerio de Transición Ecológica que determinará cómo actuar entre Gandia y Oliva. De momento, y de acuerdo con el criterio del Ayuntamiento de Bellreguard, se ha retirado un pequeño entrante del paseo marítimo que cíclicamente quedaba dañado por los temporales. Es, sin duda, un aviso a navegantes, es decir, al resto de municipios, sobre la línea a seguir para actuar en áreas permanentemente sometidas a los embistes del mar.

El último gran estudio de los Ministerio de Fomento y Agricultura sobre los efectos del cambio climático en la costa valenciana data de 2015, pero los resultados siguen siendo válidos y, a criterio de los técnicos, se cumplen las previsiones cada vez que se producen episodios meteorológicos violentos en esta zona.

En ese amplísimo documento, realizado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex), se detalla un aspecto que siempre ha infundido temor, como es la subida del nivel del mar que, evidentemente, supondrá el retroceso de la línea de costa.

Así, el Cedex indica que, en el horizonte de 2050, esto es, a treinta años vista, el mar avanzará sobre la costa de la Safor entre 16 y 23 metros, con un máximo en Guardamar y un mínimo en Tavernes, Xeraco, Gandia y Oliva.

A mucha más distancia temporal, concretamente para el año 2100, ese avance del mar sería de entre 40 y 65 metros en la misma zona, también con un máximo en Guardamar.

Esas previsiones son las que el Ministerio de Transición Ecológica quiere que se tengan en cuenta a partir de ahora para reparar o construir en las playas, dado que no tendría sentido invertir grandes sumas de dinero, y mucho menos desarrollar suelo urbano, en espacios que, lentamente, irán «acercándose» al mar y, por lo tanto, sometidos cada vez con más dureza a los efectos de los temporales.

Un estudio señala que en treinta años el mar avanzará entre 16 y 23 metros en ese tramo de costa

Los estudios concluyen que el temor que ronda desde hace años lleva camino de cumplirse

s.s. gandia

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