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La pandemia saca a la luz nuevos pobres en Gandia

Autónomos en quiebra y trabajadores temporales sin ningún tipo de ahorro se vieron obligados a acudir a Cáritas durante el pasado año

Luz Garcés y Francisco Carrió, en el balance de Cáritas 2020. | LEVANTE-EMV

Un total de 1.588 personas han recibido atención en el área de Intervención Comunitaria de Cáritas Gandia durante 2020, el año en que la crisis social generada por la pandemia del coronavirus ha golpeado como hace mucho que no se producía.

Según el informe que acaba de hacer público Cáritas de Gandia, esta atención está dirigida a personas y familias en situación de vulnerabilidad o exclusión social que acuden en busca de ayuda para cubrir servicios básicos de su vida diaria. Así, se les ofrece escucha, orientación, asesoramiento y bienes materiales para cubrir necesidades básicas, generalmente alimentación, higiene, salud y elementos para el hogar.

Según explica el director de Cáritas Gandia, Francisco Carrió, en 2020 el perfil de las personas atendidas en Cáritas ha cambiado. «Hemos asistido a autónomos que se vieron obligados a cerrar sus negocios durante los meses del confinamiento y han necesitado ayudas puntuales, especialmente de alimentación, hasta que empezaron a recibir alguna prestación económica».

Otro perfil atendido son las personas que no disponían de ahorros, que vivían al día, con trabajos temporales, principalmente en los sectores de la naranja y la hostelería, que en los meses de confinamiento no pudieron trabajar o se vieron sometidos a un ERTE. Muchos de ellos manifestaban su imposibilidad para afrontar deudas de alquiler, luz y también necesidad de apoyo en alimentación. «Muchos de ellos abandonaron sus viviendas de alquiler y pasaron a compartir piso con otras personas en similar situación», señalan los responsables de Cáritas de Gandia.

El tercer perfil atendido ha sido el de familias recién llegadas a España que requieren un apoyo en alimentación. La técnica responsable del área de Intervención Comunitaria de Cáritas Gandia, Luz Garcés, detalló que del total de personas atendidas, 618 han sido menores de edad.

Durante el año pasado la entidad emitió un total de 306 tarjetas prepago para que las personas puedan comprar los alimentos y bienes de primera necesidad en los supermercados, como cualquier otra persona, acabando así con las colas en el economato, un hecho que estigmatizaba la pobreza. El coste de estas 306 tarjetas alcanzó los 31.000 euros, financiado en su totalidad por Cáritas con la ayuda de muchas donaciones anónimas y de empresas de la comarca.

Pero además, ha sido necesario complementar estas ayudas de la tarjeta, dada la gravedad de la situación de algunas familias debido a la pandemia, con cajas de comida con productos frescos donados por supermercados y comercios. En concreto, se ha entregado semanalmente cajas de comida a 211 familias.

Del total de 458 familias atendidas en Cáritas Gandia, 218 han acudido por primera vez en 2020, y eso a pesar de tener constancia de que la economía sumergida permite sobrevivir a muchas familias, y cabe destacar el incremento de atenciones a mayores de 65 años que viven solos.

«También en Gandia tenemos la figura del ‘pobre vergonzante’ que se ha visto en una situación de pobreza por primera vez y no se atreve a pedir ayuda a entidades como Cáritas», señalan los responsables de esta entidad de la Iglesia Católica.

Al margen de todas las ayudas, en su balance de 2020 Cáritas recuerda que también organiza cursos de formación, escucha, asesoramiento y orientación para solicitar trámites y ayudas económicas de la Administración.

«En definitiva, una atención integral a la persona para dar respuesta a las necesidades de la familia en base a los recursos de los que disponemos en la entidad», señalan Francisco Carrió y Luz Garcés.

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