El papa Francisco ha aprobado la petición formulada por la Compañía de Jesús, por diversas parroquias valencianas y por el Arzobispado de València para que, entre el 3 de octubre de este año y el de 2022 se celebre un Año Santo o Jubilar en torno a la figura de san Francisco de Borja. El motivo es que ahora se cumplen 350 años de su canonización y 450 de su muerte.

La imagen de la Colegiata de san Francisco de Borja, al inicio de una procesión. | NATXO FRANCÉS

Durante un año los fieles católicos podrán realizar acciones para redimir sus pecados aclamándose a «sant Borja» y acudiendo a diversos templos jubilares, entre los que están, en Gandia, la Colegiata, la iglesia del Sagrado Corazón, en el Palau, la de l’Escola Pia y la de Sant Francesc de Borja. Pero seguro que esta celebración religiosa trascenderá también al ámbito cultural, histórico y social de la ciudad.

Como publicó este periódico, se daba por hecho que el papa Francisco, el primer jesuita sentado en la silla de san Pedro, aceptaría la petición del año jubilar para quien fue tercer general de la Compañía de Jesús. Pero, además, entre los argumentos dados por el Arzobispado de València figuran otras coincidencias entre el santo y el actual líder de la Iglesia Católica.

Así, a los mensajes de que «sant Borja» fue, entre otros aspectos, «un buen marido, un padre ejemplar de ocho hijos», consejero de reyes o «amigo de santa Teresa de Jesús y de san Juan de Ávila», se añaden actitudes de lo que podría denominare su «acción política», tanto de la ejercida cuando fue general de la Compañía de Jesús como en el conjunto de la Iglesia de su tiempo.

Así, atendiendo al informe remitido por los promotores, Roma ha destacado que el santo gandiense «abrió las puertas de la Compañía de Jesús a los judíos, moriscos e indígenas, algo inaudito por entonces». Y ahí se da otra coincidencia entre Francisco de Borja y el papa Francisco. El actual papa de la Iglesia Católica no solo siguió la senda que abrió por primera vez su antecesor, Juan Pablo II, y ha pisado varias mezquitas, sino que, superando los límites del ecumenismo, ha sorprendido en su acercamiento a otras religiones. Entre sus gestos más reconocidos figuran las entrevistas con algunos de los más destacados líderes del islam, de las que salieron comunicados conjuntos abogando por la fraternidad, la paz y la convivencia entre todos los pueblos de la tierra.

En el anuncio de este Año Jubilar también se ha querido destacar que, al frente de los jesuitas, Francisco de Borja promovió la educación de la juventud. Una pequeña prueba de ello es la fundación del colegio de San Sebastián de Gandia, actual Escola Pia, que después se erigió en la primera universidad jesuítica del mundo.

Y el papa, basándose en la petición de las parroquias promotoras y de la Compañía de Jesús, también destaca de «sant Borja» su impulso de las «misiones» americanas, en donde miles de indígenas tuvieron la oportunidad de ser tratados por primera vez como personas y no como simples esclavos. Tan «revolucionaria» fue aquella experiencia que, mucho después de la muerte del duque de Gandia, potencias coloniales como España, Francia y Portugal forzaron, y consiguieron, que el papa Clemente XIV, en 1773, decretara la supresión de la orden de los jesuitas y su expulsión de esos tres territorios.

Según el arzobispado de València, para la declaración de este Año Jubilar, que se produce once años después del anterior, cuando coincidió con el 500 aniversario de su nacimiento, san Francisco de Borja fue «un modelo» que contribuyó «a renovar la Iglesia» y que fue «protagonista de lo que hoy denominamos nueva evangelización».

La noticia ha sido muy celebrada en Gandia. El abad de la Colegiata, Ángel Saneugenio, mostró ayer su satisfacción. Igual hizo la alcaldesa y el vicealcalde de Gandia, Diana Morant y Josep Alandete, que anunciaron que la ciudad organizará actos. Y también Balbina Sendra, desde Palau Ducal, donde nació y vivió el santo y duque gandiense, ya se dispone a organizar una programación especial con actividades durante el año de gracia que la Iglesia ha concedido en honor de «sant Borja».