El Ayuntamiento de Bellreguard va a ahorrar cien mil euros en el proyecto de reparación y reconstrucción del paseo marítimo que, en enero del año 2020, sufrió gravísimos daños a causa de la dureza del temporal generado por la borrasca Gloria.

El consistorio, con el voto a favor de los dos grupos del Gobierno local, Compromís y PSPV-PSOE, y la abstención del PP, en la oposición, ha adjudicado esa actuación a la empresa Obra Civil y Edificación Escrimar por un valor de 317.165 euros, iva incluido, cuando el valor de salida de la licitación era de 417.595 euros.

Un total de nueve empresas se presentaron a este concurso, pero una de ellas, la de la oferta más barata, ha quedado excluida al considerar los técnicos municipales que se trataba de una baja temeraria.

Según señaló ayer el alcalde, Àlex Ruiz, concluido este proceso, para el que el ayuntamiento ha tenido que pedir un préstamo de más de cuatrocientos mil euros, ahora en dos o tres semanas se podría formalizar el trámite para que las obras se iniciaran a finales de mayo, pero la empresa es consciente, porque así figura en las bases del concurso, que deberá detener la actividad, y adecentar la zona de obras, durante los meses de julio y agosto, coincidiendo con la mayor afluencia de veraneantes a la playa. Los trabajos concluirían entre septiembre y octubre.

La reparación del paseo marítimo de Bellreguard, uno de los más dañados de la Comunitat Valenciana en aquel episodio de la borrasca Gloria, ha dado para mucho. El ayuntamiento, confiado en las promesas de otras administraciones, esperó a que la Generalitat Valenciana o el Ministerio para la Transición Ecológica destinara fondos o ayudas, pero nada de eso ha ocurrido.

De manera que, como ha ocurrido en otros municipios, dada la importancia de tener reparado el paseo, se ha tenido que recurrir al endeudamiento para ejecutar la obra.

El ayuntamiento se ha dirigido en numerosas ocasiones a responsables de las administraciones autonómica y del Estado, incluso con intervenciones de políticos en el Congreso y el Senado, para tratar de forzar el envío de dinero o la disposición de partidas a las que acogerse. Pero la respuesta siempre ha sido el silencio.