Los robos agrícolas no se detienen. Y menos aún cuando afectan a productos que están en su punto de maduración, se pagan bien y que resulta muy fácil sacar al mercado negro por la ausencia de controles eficaces.

El último caso sorprendente ha ocurrido en Oliva, donde una mujer ha denunciado la sustracción de cerca de quinientas arrobas de naranja de la variedad Valencia Late, cuyo valor rondaría los tres mil euros.

María Cots, la denunciante, señaló ayer a este periódico que el robo se produjo el último fin de semana de abril y sospechan que un grupo de hombres estacionó un camión o furgoneta en esa zona, situada entre los caminos Vell de Dénia y de Jovades, y llevó a cabo la operación, sin que las personas que pudieron transitar por ese lugar sospecharan de que se trataba de un robo.

La mujer señaló que el bancal es de diez hanegadas, y que precisamente no hace mucho estaba pensando, junto a su marido, proceder al vallado del mismo para dificultar los robos, algo que, una temporada más, no ha podido evitar.

Las naranjas robadas estaban en las primeras hileras según se entra desde los caminos, de manera que los autores tuvieron menos dificultad para cargarlas al vehículo en las que se las llevaron.

«Lo que está pasando es un abuso, no hay manera de que se acabe con los robos de naranjas», indicaba la mujer, entre la resignación y la indignación, y añadía que, como ya ha sufrido robos en anteriores ocasiones, tiene la convicción de que no recuperará ni la fruta que se le ha robado ni el dinero que habría percibido.