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Morant crea una comisión que aclare por qué no abre el Edificio Baladre

La alcaldesa convoca un equipo técnico y político ante las críticas del PP al no conseguir abrir el edificio en seis años de gobierno

El Gobierno de Gandia, en la fallida «inauguración» del edificio, en agosto de 2018. | XIMO FERRI

Diana Morant, alcaldesa de Gandia, ya se ha hartado de escuchar las recurrentes críticas del Partido Popular, cuyos concejales, como un cíclico martilleo, le reprochan que en seis años presidiendo el gobierno no ha sido capaz de abrir el llamado Edificio Baladre de la playa, un centro multiusos, incluso apto para la celebración de congresos, situado en la plaza del mismo nombre.

La obra fue concebida por el Gobierno local del PP durante la legislatura 2011-2015, pero los trabajos, en fase avanzada, dejaron muchos aspectos técnicos y económicos pendientes que tuvo que heredar el nuevo ejecutivo del PSPV y Més Gandia, a partir del año 2015.

Entonces llegaron los problemas para liquidar las obras, los proyectos complementarios, las correcciones sobre el diseño original, tanto en el interior como en el exterior, hasta el punto de que, a día de hoy, no se pueden aprovechar las instalaciones. En agosto de 2018 incluso hubo un anuncio de «inauguración», pero poco después de aquel acto el Edificio Baladre se tuvo que volver a cerrar.

Hace apenas dos semanas el PP, primero por parte del concejal Daniel Martí en la Junta de Distrito de la playa, y después por el portavoz, Víctor Soler, en el pleno corporativo, volvió a insistir en los motivos de un retraso tan prolongado para una instalación que, en eso sí, todos coinciden de que puede contribuir notablemente a dinamizar la playa y atraer grupos muy numerosos para llevar a cabo reuniones, convenciones y congresos.

La respuesta de la alcaldesa, para sorpresa de muchos, fue la firma de un decreto mediante el que crea una nutrida comisión de técnicos y políticos, presidida por la propia Diana Morant, para «agilizar y coordinar los trámites y poner en funcionamiento» el Edificio Baladre, así como para analizar los problemas que, hasta el momento presente, han impedido abrir una instalación que, medio en serio medio en broma, ya se reconoce como víctima de unos «fenómenos extraños» que esa comisión técnico-política tratará ahora de determinar y de solventar.

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