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Opinión

la fuerza del destino

la fuerza del destino

Dicen que el destino es caprichoso y que actúa cuando a él le parece y le viene en gana, y los recientes acontecimientos así lo confirman. Siempre supe que el buen hacer de Diana Morant como alcaldesa de Gandia no pasaría desapercibido y que sería llamada a puestos de mayor de responsabilidad (ya lo es bastante la alcaldía de nuestra ciudad) aunque, como a todos, de improviso me cogió la noticia. Cuando tuve conocimiento de ella se me dibujó una suave sonrisa y vinieron a mi mente unos cuantos recuerdos que hoy quiero compartir.

Conocí a Diana algunos años antes de su estreno en la política local, cuando compartimos escenario en la obra teatral Borja, duque de Gandia, cuyas representaciones tuvieron lugar en el Palacio Ducal. El día del estreno me dirigí a ella, una joven actriz de veintipocos años, para que me ayudara a maquillarme (confieso que soy muy torpe en ese menester y estaba acostumbrado a que siempre me echara una mano alguna actriz, más duchas que yo en esta labor). Diana me miró y me dijo: «Te voy a enseñar cómo se hace y el resto de las funciones te maquillas tu solo». Hablaba con tal seguridad que yo, por entonces ya actor veterano de cuarentaitantos años, solo pude responderle: «¡A sus órdenes, jefa!» Debo decir que me dio tal lección que desde aquel día me maquillo sin ayuda. Por eso cuando algún tiempo después me comentó José Manuel Orengo que la había fichado para nuestro partido no pude más que alegrarme y le comenté que era una incorporación estupenda, ya que era una persona cargada de unos ideales que todos alabábamos y compartíamos.

Diana Morant jamás me ha decepcionado: ni como concejal, en una época muy difícil para Gandia y para el PSOE; ni como Secretaria General de nuestra agrupación, donde me dejó muy claro lo que yo ya intuía, y es que nunca se iba a dejar acoquinar por nadie, ni de dentro ni de fuera del partido; ni como alcaldesa, donde ha realizado una impagable labor, reflotando un ayuntamiento que habían dejado como un solar los anteriores inquilinos, el PP. Quizás otros, y señalo a algunos dirigentes del Partido Popular de Gandia, no supieron valorar en su día a la nueva ministra de Ciencia e Innovación, pues fueron incontables las faltas de respeto y de menosprecio sufridos por ella, sobre todo por parte de Arturo Torró, que solía y suele referirse a ella como «la xiqueta», calificándola de «flojita, aburrida e incompetente»: se ve que Torró tiene atrofiadas las entendederas. Pero el trabajo y la dedicación ahí está, y el que quiera lo puede comprobar. Nunca le agradeceré lo suficiente su labor y el haber devuelto la sensatez y la honorabilidad a nuestro consistorio. Y sé de buena tinta que allá donde esté desempeñando sus nuevas obligaciones lo hará de la misma manera que en Gandia, pues quien lleva en su sangre el plasma de la igualdad, la democracia y la grandeza de espíritu (heredadas, no me cabe ninguna duda, de Ana María y Jesús, sus padres), junto con el ADN del convencimiento y la resolución en sus actuaciones, no puede más que obtener resultados nobles que benefician y engrandecen la situación y el espíritu de nuestra sociedad. ¡Buena suerte, compañera!

Pero la vida sigue y Gandia necesitaba una nuevo alcalde, en este caso José Manuel Prieto. También voy a echar mano de mis recuerdos para referirme a él. Supe de su existencia en mi segunda etapa como miembro de la ejecutiva local del PSPV/PSOE de Gandia. José Manuel era por entonces un joven socialista en la etapa final de su adolescencia, que ya destacaba por su presencia y sus intervenciones. Lo primero que pensé cuando lo conocí fue que «este muchacho será alcalde de Gandia algún día», pensamiento del que no hice partícipe al interesado. He visto su evolución desde muy joven y, ahora, a pesar de que sigue siéndolo, tengo el absoluto convencimiento de que su preparación para el puesto de alcalde es inmejorable.

Como vecino que soy del barrio de Corea, he compartido con él numerosas juntas, ya que José Manuel era el concejal responsable de la barriada, y jamás ha dejado de prestar atención a cada una de las demandas que se le han hecho. El presidente de la Asociación de Vecinos puede dar fe de ello. Prieto es de aquellas personas que tampoco se achanta ante las provocaciones y amenazas, y no se amilana ante quien quiera coartar su derecho a expresarse, como intentó el exalcalde Torró metiéndole una absurda querella con el fin de que se asustara y callara. El resultado fue que ni la querella prosperó, ni José Manuel Prieto se amedrentó. Como su antecesora, el nuevo alcalde de Gandia comparte el ideal socialista y una línea de actuación basada en la cordura y en la convicción de que Gandia se merece lo mejor. Amante del teatro y de la poesía (con varios poemarios publicados), se ve reflejado su espíritu en los versos de H.D. Thoreau que pronunciaban los miembros del Club de los Poetas Muertos antes de empezar sus reuniones: «Me fui a los bosques porque quería vivir sin prisa. Quería vivir intensamente y sorberle todo su jugo a la vida. Abandonar todo lo que no era vida, para no descubrir, en el momento de mi muerte, que no había vivido».

En esos bosques nos encontrarás, José Manuel, para ayudarte a extraer todo ese jugo, toda esa savia de conocimiento que alimentará Gandia. ¡A tu disposición, compañero!

PSPV-PSOE de Gandia

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