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La Vía Verde del Serpis avanza en su recorrido salvo de Gandia a Villalonga

La ocupación de la antigua vía férrea en varios municipios obliga a buscar alternativas

Uno de los tramos incluidos en el proyecto de la futura Vía Verde del Serpis, entre los municipios de Villalonga y l’Orxa. | JUANI RUZ

Nunca hasta ahora se habían dado pasos tan sólidos para que algún día, como se reclama desde hace treinta años, se pueda circular en bicicleta desde el puerto de Gandia a Alcoi siguiendo la antigua ruta del tren que comunicó esos dos puntos, prácticamente paralela, de principio al final, al cauce del río Serpis.

Porque la Generalitat, que junto a los ayuntamientos ya ejecutó el tramo de Alcoi a Muro d’Alcoi, ahora ha adjudicado la redacción de los proyectos para otros dos tramos por un valor cercano a los doscientos mil euros. El primero, de Muro a l’Orxa, es el más barato y ronda los 70.000 euros, mientras que desde este municipio a la reconstruida estación de Villalonga, junto al instituto Vall de la Safor, el proyecto costará alrededor de 118.000 euros.

Se trata del mayor de los tramos de la futura Vía Verde del Serpis, y consiste en la adecuación de casi treinta kilómetros en una ruta que necesariamente deberá contemplar la reposición de varios puentes sobre este río, desmantelados, como el resto de la línea férrea, a partir de 1969, cuando fue cerrada definitivamente.

Según ha informado el concejal Juan Manuel Sanchis, responsable de Urbanismo en el Ayuntamiento de Muro d’Alcoi, la directora general de Obras Públicas, Transporte y Movilidad Sostenible, Roser Obrer, se reunió con representantes de varios municipios para informar sobre los trámites administrativos que la Generalitat está llevando a cabo para convertir en realidad esa Vía Verde del Serpis.

Teniendo en cuenta que el plazo establecido para disponer del proyecto del primer tramo es de 12 meses y del segundo de 16, Sanchis incluso ha señalado que las obras podrían iniciarse en 2023, aunque añadió que esa fecha dependerá del devenir de los acontecimientos. Faltan, por lo tanto, cerca de dos años, pero la buena noticia es que ahora sí parece que esta actuación está encarrillada, más aún cuando el propio conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, ha señalado que se trata de obras que confía financiar con los fondos europeos Next Generation.

Reunión en Gandia

En donde el proyecto va muy atrasado es, precisamente, en la comarca de la Safor. El tramo del puerto de Gandia a Villalonga aún no se está redactando, y para intentar desbloquearlo Roser Obrer también se reunió, en el Ayuntamiento de Gandia, con los alcaldes de esta zona.

En ese encuentro quedó evidente que la urbanización y el ensanche urbano que se ha registrado en las últimas décadas en la mayoría de los municipios ha ocupado una buena parte del antiguo trazado del tren Gandia-Alcoi, de manera que no habrá más solución que diseñar alternativas en un espacio ya de por sí densamente marcado, e incluso saturado de infraestructuras.

Teniendo en cuenta que del Grau a Gandia se puede habilitar un carril ciclista por la ribera del Serpis, el tramo más conflictivo se sitúa entre la capital de la Safor y Potries, donde en este momento circular en bicicleta es poco menos que un atrevimiento.

Precisamente la Generalitat tiene en exposición pública la prolongación de la autovía CV-60 entre Gandia y Palma de Gandia que ya contempla un carril bici lateral y que, en todo o en parte, podría integrarse en la Vía Verde del Serpis. Eso si se mantiene el proyecto, que ha contado con el rechazo de algunos ayuntamientos, particulares y entidades sociales por su alto impacto paisajístico y ambiental.

Desde hace décadas los ayuntamientos de los doce municipios que atraviesa la Vía Verde del Serpis reclaman las obras porque, entre otros muchos aspectos, contribuiría a potenciar el turismo sostenible y a impulsar la economía de pequeñas localidades en riesgo de despoblación.

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