Si ser fallera mayor de Gandia es una experiencia única que no se olvida nunca, además de representar a uno de los colectivos más numerosos y a una fiesta declarada Patrimonio de la Humanidad, resulta fácil imaginar la satisfacción que puede suponer cuando ambas, la mayor y la infantil, son madre e hija. Pues eso es justamente lo que acaba de decidir la Federació de Falles de Gandia (FdF).
Cristina García Lechuga, nacida hace 43 años, y su pequeña Clara Tortosa García, de 11 años, serán la Fallera Mayor y la Fallera Mayor Infantil del también atípico ejercicio fallero de 2022. Atípico por aquello de que durará siete meses, desde ahora mismo hasta marzo del año que viene.
En todos los sentidos de la palabra, con Cristina y Clara la FdF de Gandia hace historia. No solo porque es la primera vez que madre e hija ostentan esos dos cargos, sino también porque justamente Cristina García inaugura la norma, instaurada desde este mismo año, de que la Fallera Mayor pueda ser mayor de 30 años. Además, también ella será la primera mujer con hijos que representa a la fiesta.
Aunque Cristina García perteneció inicialmente a la comisión fallera de la Avinguda de la República Argentina, la relación con su marido y las amistades le llevó a inscribirse en la de la Plaça del Prado. De padre gallego y madre granadina, se enamoró de las Fallas y es profesora de danza clásica y española.
Clara Tortosa, por su parte, ya se inscribió en la comisión del Prado cuando nació, y en este curso estudió sexto de Primaria en el colegio las Colinas del Real de Gandia. Inés y Gabriel, sus dos hermanos, completan una familia muy fallera que participa en muchas de las actividades que se organizan a lo largo del año y que acaba de aceptar este reto.
Para todos, incluido José Tortosa, el marido de la Fallera Mayor y padre de la Infantil, este va a ser el ejercicio más fascinante de sus vidas, y ayer, emocionadas, agradecieron a los integrantes de la Federació de Falles haberlas elegido para el cargo.
Una agenda a contrarreloj
Desde ayer mismo, Cristina y Clara se sumergen en una rueda de actos que las llevará, en marzo, a los días más intensos de la fiesta. A diferencia del resto de falleras mayores, su reinado es de siete meses, y de ahí que la Federació no haya querido perder ni un solo día en abordar este nuevo ejercicio. Cuando el domingo por la noche se quemaron los monumentos y se puso el fin a las Fallas de 2020, los dirigentes de la entidad cambiaron el chip y situaron sus mentes en 2022.
Ese frenético calendario sigue ahora. Esta misma semana, y la próxima, está previsto que se celebre la demanà de las dos falleras mayores, y desde ahora mismo se trabaja en las ceremonias de sus respectivas presentaciones oficiales.
Igual que ocurre con las máximas representantes de la fiesta en Gandia, las distintas comisiones de la ciudad ya han empezado a nombrar a sus reinas del año que viene. Todo va a ser mucho más rápido que en ejercicios anteriores porque, en esta salida de la crisis sanitaria que todos desean y esperan, también habrá muchos aspectos especiales e inéditos.
